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Lleida Esportiu LLE
0
Marc Trilles 90'
Atlético ATM
4
Godín 32',Fernando Torres 36',Diego Costa 68',Griezmann 91'
Finalizado
MadridActualizado a
Diego Costa ya está aquí

Es el minuto 64 cuando, Diego, dejas de ser sueño para volver a ser realidad. Y pisas el césped, para entrar en el partido, y todo lo de antes ya no importa, sólo lo haces tú, que de pronto estás ahí, al lado del Cholo, y es como si nada hubiese pasado. Ni el tiempo. Tampoco estos 1.320 días separados (qué largos), ni tus años en Londres o el verano que no volviste. Estás aquí y todo eso ya da igual. Porque has vuelto después de tanto añorarte. Al fin. La Bestia, El chico de Lagarto. Haces del invierno una primavera por venir. ¿Sabes? En este tiempo otros pasaron por tu sitio. Mandzukic, Jackson, Vietto. Da igual. Ninguno supo leer la pizarra del Cholo como tú lo haces. Tú eres su tiza en el campo, el juego directo. Cinco minutos tardaste ayer en mostrarlo. Gol, susto y rifirrafe. Sí, estás aquí, de vuelta.

Godín marca el 0-1.
Fernando Torres celebra el 0-2.
Diego Costa marca el 0-3.
Griezmann marca el 0-4.

Diego Costa ya está aquí

Godín marca el 0-1.

Foto:FERRAN ZUERASDIARIO AS

Fernando Torres celebra el 0-2.

Foto:FERRAN ZUERASDIARIO AS

Diego Costa marca el 0-3.

Foto:FERRAN ZUERASDIARIO AS

Griezmann marca el 0-4.

Foto:Rodolfo MolinaDIARIO AS
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Nada más pisar el césped, los ojos, no pudieron evitarlo, se fueron a tu barriga y se toparon con la nada. Ésta se fue. Aquellas fotos del verano en Lagarto las desmenuzó el Profe según pisaste Madrid. Dieta, boxeo y entrenamientos. Sólo te faltaba esto, el juego. Cuando el partido comenzó, contigo en el banco, entre Griezmann y Vitolo, el Lleida tomó el balón con ganas de seguir siendo David contra Goliat en esta Copa. Y lo fue durante treinta y tres minutos.

Pero, mientras Manu Molina y Radulovic iban volcando el campo hacia Moyá y poniéndole su nombre a las ocasiones, a Agudo le faltaba malicia en el remate. Perdía Lucas un cuerpo a cuerpo y obligaba a su portero a un mano a mano. Ganaría Moyá, fenomenal, pero en el aire quedaba el aviso del Lleida hasta que Carrasco se frotó la bota. Porque inspirabas tú, Diego, y también Vitolo, que seguíais en el banquillo.

Fue a balón parado, esa arma tan cholista que tampoco quiso perderse tu regreso: falta del belga al área para que Godín peine a la red. El Faraón te da la bienvenida. Y Carrasco también participaría en el segundo gol con un pase cirujano, de tan preciso, a Gameiro. El francés asiste a Torres y éste marca en fuera de juego. El asistente, mal colocado, no lo ve. En cinco minutos eliminatoria resuelta y el gran momento aún por llegar. El vuestro, el tuyo, Diego, el tuyo.

Saúl lucía zancada, Carrasco regates y Aguado sumaba otra ocasión de cabeza a su particular cuenta para entretener la espera tras la caseta. Porque el momento se acercaba, sí. Sólo había que mirar a la banda. Ahí estabais ya Griezmann, Vitolo y tú, calentando. El primero en salir fue Vitolo, minuto 59. Cuatro más le dejó Simeone a la intriga antes de llamarte, llamaros, a los dos, a Grizi y a ti. Minuto 63, segundo 48, cartelón al aire: tu número, 18. Tres minutos después ya le has puesto tu nombre al marcador.

Qué ganas tenías de volver al juego, al gol. Inicias tú la jugada, te desmarcas mientras Gameiro hace un quiebro y abre para Juanfran, que centra raso al punto de penalti, donde estás tú que rematas, tirándote al suelo, a la red. Lo celebras, dedos al cielo, un instante antes de volver a caer. Hay un dolor: los tacos de Trilles en tu pierna derecha al marcar. El tiempo que se para. Tú que te quejas, el doctor que mira, a Simeone que se le cubre el rostro de sombras. Se piensa “ligamento”, se teme “rodilla”, pero pronto lo espantas: porque vuelves. Lo de la pierna es sólo herida de guerra, por encima está jugar. Eres Costa en esencia.

Acechas cada balón medio cojo y tiembla la hierba del Camp d’Esports ante tus pisadas: todas las batallas siguen pasando por ti. Grizi te busca, juega para ti, y este partido ya muestra que Cholo tiene pareja en el gol. Griezmann cierra la goleada, con una falta que desvía la barrera, y tú sonríes: gol llama a gol. Y, Diego, han pasado más de tres años, pero ninguno olvidamos que la vida contigo puede ser maravillosa. Simeone el primero. Qué regreso.