Camacho congela en el 94' los dos goles de Jorge Molina
El Getafe se puso 0-2 con dos goles de Molina, el primero de penalti. Pero, los azulones vieron como el Huesca empataba gracias a los goles de Vinicius y Camacho. La vuelta, el sábado.
Era un día histórico para el Huesca y vaya si lo fue. Histórico porque nunca antes en sus 57 años de historia había llegado a estar tan cerca de Primera. Fue histórico pero sobre todo resultó milagroso, pues haber entregado las llaves de la ciudad al enemigo al encajar el 0-2, al final enjuagó sus lágrimas convirtiéndolas en alegría igualando en el 94’ con un gol de cabeza de Camacho. Fútbol, sin más.
Hasta esa acción final el Getafe se veía con pie y medio en Primera. 0-1 de Molina en el 51', 0-2 de Molina en el 74' El Getafe debería bañar en oro el bolígrafo con el que firmó el fichaje de Molina. Posiblemente, el jugador más rentable que ha pasado en años por el Coliseum. El que más goles mete, el que más puntos consigue, el que juega cuando el equipo no sabe a qué hacerlo.
No hay miedo mayor en una eliminatoria a ida y vuelta que encajar un gol en casa. El Huesca cometió ese pecado doblemente, incluso regalando el 0-1, un penalti totalmente innecesario de Jair. Tan inocente resultó que el defensa se dio cuenta de su error en el mismo momento en el que lo estaba cometiendo. Molina, que estaba loco por la música, se dejó caer un poquito, y el árbitro pitó lo que a todos pareció: un penalti bobo.
Huesca y Getafe, sobre todo el Getafe, jugaron la primera parte a no dejar jugar. El partido resultó trabado como ya anunciaban sin tapujos los entrenadores en la previa. Patadas por aquí, agarrones por allá, que si tú me empujas yo te piso… Y protestas, muchas protestas.
El caso es que el inicio fue prometedor, digno de un partido en el que dos equipos se juegan un título o algo más rentable económicamente: el ascenso a Primera. No había pasado ni medio minuto cuando el Huesca tuvo la primera ocasión, un remate de cabeza de Melero. Se adelantó bien a Cala pero apuntó mal. El equipo de Anquela quiso dejar bien claro desde el inicio quién jugaba en casa, e insistió en hacer sangre por esa banda izquierda por la que Vadillo se sentía Garrincha.
Tardó el Getafe en darse cuenta de que al último jugador del Huesca al que podía dar un metro era a Samu, y entonces comenzaron a secarle con faltas. No se había llegado al primer cuarto de hora y los dos mediocentros del Getafe, Mora y Faurlin, ya tenían tarjeta amarilla.
El primer gol pudo llegar en el 37’, al coger el Huesca desprevenido al Getafe en otra contra, pero la extraordinaria conducción de Melero fue culminada de forma fatal por Samu Saiz, un remate flojeras a las manos de Guaita. Pero el gol llegó al inicio de la segunda parte, con el penalti ya comentado. Todo lo que no tuvo la primera mitad le sobró a la segunda. Fútbol, goles, polémica y emoción. Siendo cierto que Chuli debió de ser expulsado en la primera parte por darle una patada sin balón a Samu Sáiz dejándole los tacos en la pantorrilla, tras el 0-1 hubo un claro penalti a Portillo que el árbitro entendió al revés y le sacó amarilla al jugador al pensar que se tiró.
Anquela, con el 0-2, buscó un revulsivo y acertó de llenó. Sacó a Vinicius y, un minuto después, marcó en el primer balón que tocó. Se lo creyó el Huesca, y a punto estuvo de empatar Carlos David en el 84’, pero su cabezazo lo sacó Guaita a córner. El que no pudo sacar Guaita no defendieron bien sus compañeros fue el de Camacho en el 94’, el que hace soñar al Huesca que puede haber otro milagro en el Coliseum el sábado.
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