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ESPANYOL

El síndrome de Quique

El Espanyol llega a San Mamés rompiendo barreras: remontaron más de un año después y suman tres victorias seguidas en casa.

BarcelonaActualizado a
Quique Sánchez Flores.
Alejandro García

El síndrome de la felicidad en el que está inmerso el Espanyol, como avanzó Quique Sánchez Flores antes de medirse al Betis y ganar el partido de forma mágica en los últimos minutos, tiene a su entrenador en el principal portador. Paso a paso, el equipo blanquiazul ha ido adoptando la personalidad de su técnico, tan metódico como pasional, y ya se permite la licencia de ir derribando barreras que estaban incrustadas en el equipo sobre todo en la última campaña. “El partido no fue bueno, pero cualquier detalle lo podía decidir. El equipo es muy intenso y está muy metido, y eso da un plus”, afirman desde Sant Adrià.

La victoria ante el Betis rompe con varias estadísticas negativas. Desde el 22 de marzo de 2016, el Espanyol no era capaz de remontar un partido. En aquella ocasión, casualidades del calendario, la víctima era el Atheltic, que comenzaba ganando en Cornellà-El Prat pero acabó yéndose de vacío (2-1). Una victoria que demuestra el compromiso y la confianza del grupo, que no se vino abajo con el tanto de penalti de Rubén Castro.

Con la del viernes, el Espanyol encadena tres victorias seguidas en su estadio, algo que no se lograba desde 2013. El equipo blanquiazul se ha impuesto a Osasuna (3-0), Las Palmas (4-3) y Betis (2-1), con un promedio goleador además de tres tantos por partido, un destape en ataque que no ha mermado el nivel defensivo del grupo. Sin excesivo brillo, el conjunto de Quique sigue sacando los partidos gracias a su orden y contundencia en ataque, incluso se permitió el viernes el lujo de tirar de anarquía en los últimos compases: desde el año 2000 ante el Zaragoza en La Romareda, los blanquiazules no conseguían remontar un partido en la denominada zona Cesarini.

El partidazo de San Mamés

La séptima plaza sigue a la misma distancia (cuatro), con la victoria del Athletic ante Osasuna. El partido del martes puede suponer metafóricamente más de tres puntos, y Quique comenzará a prepararlo esta misma mañana.  La referencia de este partido es el que se jugó ante el Eibar, aunque el Athletic es un equipo que domina “más registros y tiene más recursos”. En aquella ocasión, el Espanyol tenía que estar muy pendiente de los constantes centros del rival, de no perder balones en mediocampo y de igualar el ritmo de partido que propone el oponente.

Hasta la fecha, el Espanyol ha jugado cuatro veces en el nuevo San Mamés,  y ha logrado puntuar en dos de ellos: ganó por 1-2 en la campaña 2013-14, empató en la eliminatoria de Copa del Rey (1-1) del curso siguiente aunque cayó en las dos últimas visitas (2-1 y 3-1).

El síndrome que ha instalado Quique en Sant Adrià pemite al equipo perico soñar con esa séptima plaza. Las cuentas siguen saliendo, después de sumar los primeros tres puntos de los 20 que se debían lograr en esta recta final de diez partidos. El martes toca un reto mayúsculo.

Se han logrado ya los 43 puntos de la 15-16

El Espanyol de Quique ha logrado en 29 jornadas lo que Sergio González y Constantin Galca obtuvieron en 38 en la accidentada temporada pasada. El equipo perico alcanza ya los 43 puntos, los mismos que se consiguieron hace un año, cuando no se certificó la salvación hasta la penúltima jornada. El curso 2015-16 se cerró con 40 goles a favor y 74 en contra, mientras que se lograron ganar 12 partidos, empatar siete y se sufrieron 19 derrotas. La diferencia de goles fue de -34. Esta campaña, el Espanyol ha obtenido esos 43 puntos gracias a las 11 victorias, diez empates y ocho derrotas cosechadas, con 42 goles a favor y 40 en contra.

A estas alturas de campeonato, el Espanyol sumaba 32 puntos, once menos que en estos momentos. Una diferencia que refleja la mutación del conjunto, después de la inversión de la pretemporada y del crecimiento en la Liga. El bloque de Quique, además, tiene a tiro conseguir romper la barrera de los 50 puntos, que no se supera desde la campaña 2004-05 con Miguel Ángel Lotina en el banquillo. Los pericos están a tan solo siete puntos de superar ese reto y de pelear por una séptima plaza que se antoja complicada pero que ilusiona.