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AS COLOR Nº248

Frank Lampard: adiós al medio más goleador del siglo XXI

Frankie cuelga las botas y con él se va parte del mejor fútbol inglés y europeo de los últimos veinte años. Marcó más de 300 goles en su carrera, 211 con el Chelsea.

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Frank Lampard: adiós al medio más goleador del siglo XXI
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‘Fat Lampard’, así se le apodó durante un tiempo. Conocido como Fat Frank, por su tendencia al sobrepeso. El chico simpático con cara de pan que despuntaba en el West Ham con diecisiete años pronto dejó todo eso atrás. 21 temporadas después su aspecto físico y sus inicios marcados por su apellido suenan a batallas del pasado. Ya nadie le discute, Frank Lampard (20-6-1978, Romford, Londres) cuelga las botas y una parte del mejor fútbol inglés de los últimos veinte años se marcha con él.

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AFP

En eterna comparación (en Londres lo tienen claro, al igual que en Liverpool barren para casa) con su compatriota Steven Gerrard, el pequeño Frankie no tuvo unos comienzos fáciles en el fútbol. Hijo de Frank Lampard Sr, un lateral izquierdo que hizo carrera en el West Ham, cuando llegó a las filas del equipo hammers su padre estaba de asistente técnico y la afición de Upton Park le miraba con reticencias. Que su tío Harry Redknapp fuera el entrenador no ayudaba. De esa época es una de las anécdotas que marcaron su carrera. “Sentí mucha vergüenza. Soy un chico tímido y fue realmente horrible”, recuerda Frankie del episodio. En un acto junto a aficionados del West Ham, vociferó delante del sobrino Frankie: “Me gustaría preguntarle a Harry si cree que la publicidad que está recibiendo el joven Frank tiene justificación, porque personalmente creo que aún no es suficientemente bueno. En los últimos dos años habéis dejado escapar buenos centrocampistas por muy poco dinero, como Matt Holland o Scott Canham”.

La respuesta sin titubeos de Redknapp aún se puede ver en you tube: “Te lo voy a decir aquí sentado delante de toda esta gente. Y te lo puedo decir sin ninguna sombra de duda. No habrá comparación posible con lo que Frank Lampard va a conseguir en el mundo del fútbol y lo que Scotty Canham va a conseguir en su carrera”. No se equivocó. Esas palabras fueron una constante en la carrera de Frankie. Para mí, Frank Lampard es el mejor jugador del mundo, solía decir José Mourinho tras celebrar meses atrás la primera Premier juntos (luego llegaría otra más).

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No se sintió querido en el West Ham

Tras marcharse cedido a Gales para foguearse en el Swansea (siempre miró de reojillo lo que hacían los galeses), Lampard regresaba al regazo de su tío para hacerse su propio nombre en el mediocampo del West Ham. Allí ya empezó a dejar pinceladas de una de sus mejores virtudes. Su capacidad como llegador al área rival. Un box to box de libro. Marcó más de 300 goles en su carrera y 211 con el Chelsea, basta para convertirse en el máximo goleador del conjunto inglés en su historia. Sorprendente para un mediocentro. Pese a su olfato, sus problemas en el West Ham nunca acabaron del todo. En 1997 se perdió parte de la temporada por una fractura en una pierna (nunca asimiló bien que algunos de sus aficionados incluso aplaudieran su desgracia) y le seguían viendo con recelo: Ser hijo de Frank Lampard trajo consigo diferentes reglas que no eran iguales para todos. Una parte de la afición creía que no era lo suficientemente bueno y que me ponían por hacerme un favor. Me lo dejaban ver (abucheos) cada vez que saltaba al campo, incluso para calentar. Me sentí sospechoso y desde ese momento nunca confié de nuevo”. Incluso, se dijo que coqueteó con dejar el fútbol por la presión de esos días pero el destino le aguardaba otra suerte a Frank Lampard. Parte ya se pudo ver en una de las escenas que definieron su carácter ganador. Se enfrentó en pleno partido con su compañero de equipo, Di Canio, por quién debía ser el lanzador de un penalti. El delantero italiano, poco amigo de halagos, le dijo todo menos bonito al pequeño Frankie, hasta conseguir ser el lanzador. Lampard ya dejaba muestras de ser un líder.

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La marcha de su tío y su padre del West Ham en el verano de 2001, junto a su poca empatía con parte de la afición hammers, hizo más fácil a Lampard pasar del este al oeste de Londres. Se marchaba traspasado al Chelsea por once millones de libras y dejaba atrás una época turbulenta en la que incluso llegó a debutar con la camiseta de la selección inglesa en un amistoso ante Bélgica el 10 de octubre de 1999 (junto a su primo Jamie Redknapp). Se retiró tras el Mundial de Brasil con 106 internacionalidades y 29 goles, curiosamente ninguno en la fase final de un Mundial, y disputó tres con la camiseta pross. Para el recuerdo, quedará el gol fantasma que no le concedieron en los octavos de final del Mundial de Sudáfrica ante Alemania.

Ídolo en Stamford Brigde

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En el Chelsea, Lampard cayó de pie. Desde el inicio se ganó a la afición blue aunque llegara para sustituir a todo un icono, Gustavo Poyet. Se convirtió en inseparable de un joven presuntuoso John Terry y aprendió los códigos del vestuario de veteranos como Di Matteo, Gianfranco Zola o Hasselbaink. Una vez que la llegada de Roman Abramovich inició la nueva era del Chelsea, no dudo en coger los galones, que se había ganado ya en el campo, para dirigir junto a los Terry, Drogba y Mourinho a los éxitos al Chelsea. “Con la llegada de Abramovich estaba realmente preocupado por mi futuro. Cada día llegaba un centrocampista: Makelele, Verón… Recuerdo el primer partido de Champions (0-1 al Sparta de Praga) en el banquillo junto a Terry y Gudjohnsen y pensé: ‘No estoy seguro si me gusta esta revolución en el Chelsea”. Peleó y no paró. En 2005 metió el gol que le daba su primera Premier al Chelsea desde 1955. Hasta tres veces fue elegido jugador del año para los aficionados (2004, 2005 y 2009) y cinco máximo goleador de su equipo. Y en pleno apogeo futbolístico fue 2º clasificado en la disputa del Balón de Oro del 2005 (al igual que en el FIFA World Player) por detrás de Ronaldinho y por delante de su amigo-rival Gerrard.

Era época de brillo futbolístico y de alzamiento de títulos. Incluso, el día de su debut con el Chelsea le envió una entrada a un profesor de su adolescencia que le aconsejó dejar el fútbol “ya que fracasaría". Mezcla de talento y carisma. Por algo tiene un coeficiente intelectual de 160. Incluso sorteó el intento de agresión de un aficionado del Tottenham tras un partido. Ya nadie se acordaba de sus resbalones que a punto estuvieron de dañar una carrera casi inmaculada.

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Su implicación en un vídeo de alto contenido sexual filmado en el 2000 en un complejo turístico de Ayia Napa (Chipre) en el que también participaban Rio Ferdinand y Kieron Dyer; y ya en el Chelsea, de una juerga nocturna en un hotel de Londres donde, junto a sus compañeros John Terry, Eidur Gudjohnsen y Jody Morris, molestaron a varios huéspedes estadounidenses sólo 24 horas después de los atentados del 11-S.

Olfato goleador

Lampard fue un centrocampista atípico. Hizo muchos goles, más de 300 en toda su carrera, con una técnica exquisita tal vez pulida en sus orígenes con Ranieri, su gran valedor junto a Ken Bates. Un goleador prolífico, entre sus favoritos uno que le anotó en el 2006 a Víctor Valdés desde la línea de fondo casi sin ángulo. El inglés fue capaz de marcar hasta 60 penaltis de 70 lanzamientos (con un estilo propio en la mayoría de las veces de un fuerte lanzamiento al medio de la portería) en su carrera. Y muchos de ellos en momentos decisivos (en semifinales de la Champions de 2008 y tras fallecer su madre). “Son la cosa menos favorita del fútbol”. Experto lanzador de golpes francos y con buen promedio de asistencias (casi 200). Alcanzó la gloria, ya con el brazalete de capitán del Chelsea, con la conquista de la Champions en la temporada 2011-2012… en la tanda de penaltis (anotó el suyo, al igual que hizo en la derrota en la otra final de 2008 ante el United). En la final de 2008 había igualado el tanto inicial de Cristiano. Trece títulos con el Chelsea: a la Champions de 2012 hay que sumar las Premier 2005, 2006 y 2010; 4 FA Cup (2007, 2009, 2010 y 2012); dos EFL Cup (2005 y 2007); dos Community Shield (2005 y 2009) y el último título con la camiseta blue, la Europa League de 2013.

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Traición

Lo dio todo por los colores del Chelsea, por eso incluso le perdonaron que se marchara a jugar al Manchester City. Y cómo no, les marcara un gol, nada menos que el primero que hacía con la camiseta citizen. Con la segunda etapa de Mourinho en Stamford Brigde y con 36 años, su continuidad dependía de muchos factores: “Obviamente, me habría quedado otra temporada en el Chelsea. Tuve una conversación con Mourinho y tanto él como el club tenían una decisión, no sé quién la habrá tomado”. No recibió llamada para continuar. Lo cierto, que Mourinho ya no se iba a encontrar el mismo chico con el que podía jugar al gato y al ratón (eran muy comentados los chismorreos que se inventaba el técnico portugués para enfrentar a Terry y Lampard y así sacar lo mejor de cada uno en el campo). Lejos quedan esas palabras de Mourinho: “Entiendo que lo critiquéis (a Lampard). En vuestro país (Inglaterra) nunca habéis tenido un jugador tan bueno como él. No estáis acostumbrados”. Negoció con el New York City para irse a la MLS y mientras la franquicia citizen se ponía en marcha estuvo cedido en Manchester. “Sé que dije que nunca jugaría en otro equipo de la Premier pero nunca pensé que lo haría”. Pues lo hizo.

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Para sus detractores Lampard nunca hizo nada de 10 pero sí fue un 8 en todo. El número 8 que lucía en su camiseta desde sus orígenes en el Chelsea. Camiseta que tal vez deba ser retirada con honores en Stamford Bridge. Merecer lo merece. Por algo es el máximo goleador. Hasta siempre a uno de los mejores centrocampistas ingleses del siglo XXI.



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