El Eibar castiga a un Sporting condenado por sus errores
En el minuto 23 el marcador ya era de 1-3 para los visitantes. Nacho Cases recortó distancias mediado el segundo tiempo. Los asturianos, a 4 puntos de la salvación.
endilibar, que es uno de los entrenadores más astutos del fútbol español, volvió a demostrar que le tiene tomada la medida al Sporting y se llevó con ‘su’ Eibar tres puntos de El Molinón que dejan muy tocado a Abelardo, si es que no lo estaba ya el entrenador gijonés.
El técnico del Sporting aviso de que quería jugar en el campo contrario, recuperando aquel equipo intenso que le trajo hasta la máxima categoría y presionando a un rival poderoso en el aspceto físico. El plan duró tres minutos. Ese fue el tiempo que tardó el Eibar en hacerse con el balón, llegar al área de Cuéllar y encontrarse con una polémica concesión de Fernández Borbalán.
El árbitro señaló un riguroso penalti en una caída de Adrián, que se encargó de abrir el marcador y encarrilar el triunfo de su equipo. El conjunto vasco pudo hacer un roto de grandes magnitudes en el equipo local, al que le jugó como los rojiblancos pretendían: presionando y recuperando el balón en el campo rival, lejos de su portería.
Carmona empató en un regalo de Riesgo, que se tuvo que retirar más tarde por un choque precisamente con el balear. Fue un espejismo el empate porque el partido de ayer demostró la cara y la cruz del fútbol. En un lado, un equipo alegre, en plenitud física (casi todos los duelos los ganaron los armeros) y con las ideas claras con el balón en los pies; en el otro, un conjunto triste, que corre como un pollo sin cabeza, flojo y muy escaso en ataque porque no le sale nada.
Por eso el Eibar se fue al descanso en ventaja, con una distancia (1-3) que parecía insalvable hasta que un disparo de Cases lo desvió Lillo desde el suelo al fondo de la red.
La afición sportinguista soñó con el empate al menos, pero su equipo no está para nada o para muy pocas cosas. Los cambios de Abelardo revelaron toda la impotencia que hoy tienen los rojiblancos.