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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 7 DE NOVIEMBRE

Eldorado estaba en Colombia (1948)

Actualizado a
Di Stéfano, con la camiseta de Millonarios de Bogotá.

La semana anterior se había producido un plante antes de los partidos del campeonato argentino, que iba por su vigesimoquinta jornada, con Racing de líder. A los jugadores se les debía dinero y lo exigían. Exigían mejor trato en general, pues se consideraban despreciados. Exigían un 15 por ciento del importe de los traspasos. La AFA hizo oídos sordos, pensando que no serían capaces de hacer lo que estaban amenazando: una huelga. Pero sí la hicieron, y ese domingo no hubo fútbol. Y la cosa iba a traer consecuencias.

Los clubes trataron de seguir adelante con jugadores de la reserva o con juveniles, pensando que los profesionales no tendrían más remedio que ceder cuando se vieran sin ingresos. Moreno, una celebridad de la época, el máximo genio de lo que se llamó «la Máquina» de River, lo resolvió fichando por el Universidad Católica de Chile, lo que significaba una pérdida dramática para el nivel del campeonato argentino, pero lo peor estaba por venir. El año 1949 empieza a trancas y barrancas, con algunas conversaciones, algunas promesas que no se cumplen, algunos huelguistas que vuelven a jugar, otros que no, y represalias nada disimuladas a los cabecillas, entre los que estaba un joven, pero siempre rebelde, Alfredo Di Stéfano. En eso, el 15 de julio, un artículo periodístico avisa: «El cuco es Colombia», y explica cómo la liga colombiana ha roto la disciplina de la FIFA y está haciendo ofertas en serio a los mejores futbolistas del país, apoyado en la situación de conflicto. Colombia reclutará en esos meses, sin pagar traspasos, no solo jugadores de Argentina, sino de toda Suramérica e incluso algunos europeos, pero en Argentina lo tenía más fácil por el descontento de los futbolistas.

Y el éxodo es verdaderamente masivo. Los jugadores lo llaman «Eldorado», y allá fueron contratadas hasta 57 figuras argentinas, lo más granado del fútbol platense en esos años. Entre ellos Alfredo Di Stéfano, figura emergente en River, al que abandonó con 66 partidos y 59 goles. Pero también Pedernera, Rossi, Báez, Rodolfo, Deambrosi, Rial (que también acabaría en el Madrid), Reyes, Pontoni, Sastre, Ferreyro, Cozzi, Ferreyra... Es una debacle para el fútbol argentino, cuyo campeonato cae muchos grados en interés. A pesar de la facilidad de Argentina para crear talentos futbolísticos el espectáculo se resentirá, y con él las taquillas y las recaudaciones. La situación hace reflexionar a los dirigentes, que ceden por fin a la exigencia del 15 por ciento para los jugadores de las cantidades abonadas de club a club en los traspasos. La FIFA tuvo que intervenir en el caso y se alcanzó el llamado Pacto de Lima, firmado en 1951, para resolver la situación de la liga pirata de Colombia y llegar a un compromiso entre esta y su entorno. Se acuerda que los contratos en vigor con los clubes colombianos son aceptados por la FIFA, pero que al término de los mismos los jugadores volverán a ser propiedad de sus clubes de origen. Al tiempo, Colombia se compromete a no hacerse con más jugadores sin pagar traspaso por ellos.