Un tacón de Ganso y otro de Ben Yedder en el 90’ elevan al Sevilla
Los de Sampaoli duermen con los mismos puntos del Madrid. partido accidentado con cuatro lesiones musculares (Kiko Femenía, Daniel Torres, Nasri, Vietto) más Mateu.
Un tacón imposible de Ganso y otro en el minuto 90 de Wissam Ben Yedder, que ya había marcado el primer gol después de un recurso imposible del brasileño, elevaron al Sevilla a las alturas de la Liga en un partido lleno de sucesos y accidentes y jugado con 31 grados a la sombra y unos cuantos más al sol del Sánchez Pizjuán. El calor, lleva a la deshidratación y esta es una causa común de las lesiones musculares. Hasta cuatro futbolistas (Kiko Femenía, Daniel Torres, Nasri y Vietto) se marcharon con problemas físicos. El asunto alcanzó incluso a Mateu Lahoz, que tocado tuvo que dejar su puesto los últimos veinte minutos al cuarto árbitro, el extremeño Hernández Maeso.
Así fue la lesión de Mateu
El partido fue emotivo y polémico. El Alavés reclamó dos penaltis. Uno, de Escudero en la segunda parte, fue de libro. Se ayudó de la mano ingenuamente. A Pellegrino se lo llevaban los demonios. El otro, de Sergio Rico a Deyverson, fue una escenificación del brasileño, buen delantero por cierto. No hubo nada. Mientras, el Sevilla pidió otros dos. Una mano en la primera parte a la salida de un córner muy difícil de advertir para Mateu y un derribo sobre Vitolo, qué partido angelical el suyo, que fue evidente. Lo mejor es que los equipos, lejos de protestar, combatieron el calor con un ejercicio de profesionalidad y entusiasmo admirable que permitió un partido inesperado y de alternativas.
El Alavés, muy aplicado, le dio el balón al Sevilla en la primera parte. Aunque a poca velocidad, los de Sampaoli supieron qué hacer con él de vez en cuando. Nasri dibujó una jugada celestial que culminó burlando a dos rivales y con un tiro con la izquierda que se le marchó fuera. Ben Yedder también inquietó a Pacheco, que engordó su estadística a base de paradas. Pero detrás el Sevilla dejó unos espacios que el Alavés pudo aprovechar en el minuto 12. Edgar, rapidísimo, se quedó solo delante de Sergio Rico pero con toda la portería para él y Deyverson al lado para empujar, la mandó al palo.
Magia de Ganso en el primer gol
El partido incluso creció en la segunda parte. El Sevilla se tiró a tumba abierta. Por obligación (no tenía más delanteros), y ya sin Nasri en el campo, Sampaoli se vio obligado a tirar de Ganso, muy discutido por la grada. El brasileño no controló bien un balón pero lo persiguió y se inventó un gesto que estuvo entre una coz y un taconazo de genio. Ben Yedder hizo el 1-0. El Alavés, que parecía muerto, sacó casta, empujó y empató con un gol de corazón de Laguardia que entró a la salida de un córner. Con el Sánchez Pizjuán convertido en una parrilla por el calor que hacía, muchos se hubieran dado por satisfechos con el punto y a otra cosa. Más no se podía entregar. O tal sí, pensó Vitolo, monumental. El canario se echó a la espalda al equipo y fabricó dos situaciones de gol en los últimos minutos. Sobre el 90’, el menudo Ben Yedder fue el más listo de la clase y con otro taconazo desató la euforia en Nervión. Un campo donde, ya está escrito y lo han sufrido muchos, el Sevilla nunca se rinde. Parece cargante decirlo. Pero es que esta vez tampoco lo hizo.