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BARCELONA

Xavi: “El éxito del Barcelona es tener contento a Leo Messi”

Xavi estuvo a punto de irse del Barça justo cuando llegó Guardiola y Luis Enrique le convenció para prorrogar un año su vida culé.

Actualizado a
Xavi: “El éxito del Barcelona es tener contento a Leo Messi”
Rodolfo Molina

—¿Se disgusta cuando pierde el Barça?

—Hombre, quiero que ganen, pero lo veo de otra manera.

—Ve a Messi, ¿y qué piensa?

—Siento orgullo. Domina todos los aspectos del juego. Todos.

—Dicen que puede acabar jugando de Xavi.

—Y si quiere, puede hacerlo también de Piqué.

—¡Anda!

—La grandeza de Leo es que puede hacer lo que quiera. Es un honor que digan eso, pero puede jugar de Xavi, de Iniesta, de Gerard... Si Messi quiere, te roba el balón. Es muy rápido y su tren inferior es espectacular. Es un molde hecho para el fútbol. Fino de arriba, rápido de mente, va bien de cabeza y veloz en la ejecución. Es un prodigio.

—Pues algunos siguen queriendo compararlo con Cristiano.

—Antes lo hicieron con Robben, Agüero, y ahora con Cristiano. El portugués es un goleador histórico, como lo es Messi, que además es pasador histórico, etc… Tiene mucha grandeza. Es insuperable.

—¿Es un buen capitán?

—Es un tipo que va de cara, fiable y que no te engañará. Se enfada como nos ha pasado a todos. Hay que tenerle contento y feliz. Si eso pasa, el Barça está cerca del éxito. Marca las diferencias en cada partido en un deporte colectivo. Cada año es el mejor y se ha cuidado mucho en todos los sentidos.

—¿Depende más el Barça de Messi o España de Iniesta?

—Iniesta y Busquets son los mejores futbolistas españoles del momento, pero a nivel colectivo. Messi puede destacar individualmente en el juego de Argentina, mientras que Andrés y Sergio son la batuta de la Selección.

—¿Lo ve fuera de Argentina?

—Sí. Hay que respetar lo que decida. Como si quiere volver la semana que viene a decir que regresa con la selección. Es el mejor del mundo y de la historia. Nos tenemos que poner en su situación. Leo y esa generación de futbolistas argentinos tienen una frustración tremenda. No ganaron nada a pesar de que estuvieron cerca de todo. Perdieron una final de un Mundial en la prórroga y llevan dos seguidas de Copa América. Messi tiene un Oro Olímpico y un Mundial Sub-20. Nosotros ganamos las dos finales de Euro que jugamos, la del Mundial, las Champions…

—¿Su punto negro fueron las finales de Copa?

—Las que jugamos contra el Madrid de Mourinho y de Ancelotti. Sí, esas dolieron. Pero ganamos otras importantes, como ante el Athletic, por ejemplo. Pero, claro, nos dejamos por el camino títulos importantes como Mundiales de Clubes o Supercopas de España o Europa, pero en global ganamos muchas cosas.

—¿La final de Wembley en 2011 fue la que más disfrutó?

—Sí. Y la de Roma, en 2009, también, aunque no me olvido de la de la Eurocopa de 2012. La final ante Italia (4-0) posiblemente fue el mejor partido de la era de Vicente del Bosque.

—El día del 5-0 al Madrid de Mourinho, ¿levantaron el pie?

—No. Eso hubiese sido una falta de respeto. No debe hacerse nunca. Ellos tampoco frenaron el día que nos metieron 4-1 en el Bernabéu, el famoso día del paseíllo. Pudieron meternos siete ese día.

—Fueron tiempos duros.

—A Mourinho parecía molestarle la búsqueda de la paz. Él quería guerra y nosotros, fútbol.

—A usted casi le cuesta la amistad con Casillas.

—En el intento de solucionar aquella guerra, a Iker le costó caro por parte de un sector del madridismo. Hay gente que no le perdona que nos llamásemos, como si fuera una bajada de pantalones. Y fue todo lo contrario: Iker me llamó para decirme de todo, recriminándome 200 cosas. Yo le recriminé otras 200 y, finalmente, alcanzamos un acuerdo.

—¿Tiene heridas de guerra?

—Alguna, pero he sido jugador de tocar rápido, a un toque o dos. Y si no, daba la vuelta. No era rápido, hábil, fuerte… Siempre buscaba espacio, supervivencia. Si hubiese sido como Pogba habría sido diferente.

—¿Ver el fútbol con tanta claridad es algo innato?

—Eso he creído siempre. Luego están los conceptos que vas aprendiendo y lo que adquieres. La filosofía que Cruyff implantó en el Barça me vino perfecta.

—¿Cuándo entró en el Barça?

—Poco después que Johan, en 1991. Al final de la temporada de mi debut en el club, el Barça ganó su primera Copa de Europa. Yo jugaba de ‘4’, que era el que construía. Todos los equipos teníamos las mismas posiciones y todos sabíamos siempre lo que había que hacer. El ‘2’ era lateral derecho, el ‘5’, el izquierdo, el ‘9’ el falso delantero… Teníamos un espejo perfecto en el ‘Dream Team’.

—¿Qué pasó con los taxis?

—Mis padres no querían que me quedase en La Masia a dormir. Terrassa no estaba tan lejos. Así que propuso que nos pasaran a recoger a los de la zona del Vallès e íbamos cada día a entrenarnos juntos.

—Y de aquellos, ¿salieron algunos?

—Toni Moral, que es de Terrassa, tuvo un paso por el Valladolid, el Alcorcón… También Óscar López, que fue lateral zurdo de nuestro primer equipo. El Barça trabaja muy bien el fútbol base y estimula a los de abajo. Entrenadores como Rijkaard, Van Gaal, Pep Guardiola, Tito Vilanova…. Esos le dieron opciones a los más jóvenes.

—Decía Toril que en el Madrid lo máximo era el Castilla.

—Puede ser. En el Barça se trabajó mucho la cantera y sacó mejor provecho. En el Bernabéu ahora están Carvajal, Jesé, Morata que vuelve… También la Selección se nutrió mucho de la escuela Barça. Desde hace mucho se trabaja muy bien la cantera. Eso se puede ver en los futbolistas que salen del Barça a otros equipos. El Barça ha marcado tendencia. Ahora las cosas se han igualado, pero antes se veía mucho el jugador que tenía pasado del Barça.

—Hablan muy bien de Aleñà.

—Lo conozco. Zurdo, interior y que puede triunfar en el Barça. Es de los llamados a estar con el primer equipo. La diferencia que marca al joven para estar en un equipo grande es la mentalidad. Para Aleñà todo está en la cabeza. Si él se lo propone, llegará. Es como Busquets y Pedro, que se les veía.

—Busquets se lo tuvo que trabajar con Guardiola en el filial.

—¡Llegó a jugar hasta de delantero! Pep lo tenía claro. No hay futbolista que lo vea todo con tanta anticipación como Busquets. Lo analiza todo un toque antes que le llegue la pelota. Es el mejor. Eso es de superdotado. La primera semana que estuvo con el primer equipo fue un espectáculo.

—Y eso que no pasaron por las inferiores de la Selección.

—Pedro llegó al Barça C de manera directa y Busquets lo hizo al Juvenil. Guardiola tampoco los conocía. No habían destacado. Un amigo mío ya me dijo que Pedro iba a triunfar en el primer equipo. El listón en el Barça es altísimo.

—¿Verdad que pudo irse usted del Barça antes de que llegara Guardiola?

—El club hubiese aceptado ofertas. Llevábamos dos años sin ganar y esas cosas pasan. Pero lo que les digo. Me reuní con Pep diez minutos y vi claro que iba a triunfar en el Barça. Guardiola era mi referencia futbolística y ahora, de entrenador. Años antes había venido el Milán, pero mi madre se negó.

—¿Tragó mucho?

—Bastante. De mí se llegó a decir que era el cáncer del Barça. Cuando las cosas fueron bien optaba al Balón de Oro, cuando se torcieron me querían matar.

—¡Qué cosas!

—Estando un año fuera me doy cuenta de que en el Barça está todo juzgado y criticado. Hacemos el mejor fútbol del mundo, o al menos el que me gusta a mí, y se critica. Esa manera de jugar es inigualable. No vi nunca nada parecido. Se le puede acercar el Bayern, pero no tiene los futbolistas del Barça.

—¿Usted fue vital?

—Una pieza o un peón más en el engranaje. Lo más importante no son los nombres, es la filosofía, la manera de expresarte. Si ahora viene un central que tira el balón a la grada, no vale para el Barça. Los jugadores deben adaptarse a la idea, como los entrenadores: todos deben venir a la idea y esa es la ventaja que tenemos al respecto de los contrarios.

—¿Un ejemplo?

—Rakitic. Se adaptó a lo que le pedía el Barça y hace muchas cosas muy bien. En Sevilla era el enganche y aquí corre, se sacrifica, tiene llegada.

—¿Qué piensa de Arda?

—Que necesita tiempo. Si cambia este año y hace una buena temporada, será importante. Él ya se debe de haber dado cuenta de lo difícil que es estar en el Barça. El Barça es un examen final para un futbolista.

—Usted también sufrió. Recuerdo un Milán-Barça (3-3 con hat-trick de Rivaldo) en el que la pelota le pasaba siempre por arriba.

—Hay entrenadores que cuando las cosas no fueron tan bien no se mostraron tan fanáticos con esta idea. Hubo dos o tres que actuaron así, pero el resto no se bajaron del barco.

—¿Puede poner un ejemplo?

—Sí. Recuerdo un Clásico en el Bernabéu en que Valdés jugando con los pies para superar una línea de presión no ejecutó bien. Recuperó el Madrid y marcaron. Era el minuto 2.

—¿Y?

—Guardiola en el descanso le dijo que las jugase todas con el pie, por una razón.

—¿Cuál?

—Que jugando así se equivocaría, vale, pero también que acertaría y que se crearían jugadas que nos darían opciones de gol. Víctor se sintió en los últimos diez años un jugador más.

—¿Valdés tuvo mala suerte?

—Igual en algunas cosas, sí. Es un portero brutal, el mejor de la historia del Barça. Se lastimó la rodilla y tuvo mala suerte con lo del Mónaco. En la Selección le tocó competir con Casillas. No soy objetivo con él, pero es un tipo muy noble, fiable. Es una excelente persona. Fue un ejemplo para la Selección.

—¿Por?

—Hubo dudas por su comportamiento. Desde Hierro a Vicente del Bosque, aunque cuando fue demostró ser sensacional. Pregúntenle a Ochotorena.

—¿Podríamos catalogar a Guardiola de genio?

—Es el mejor, es muy perfeccionista y exigente. Se le pide mucho a él y al resto. Es listo. Para mí, estar a su lado fue un master de fútbol, de táctica… Tener la figura de Guardiola como entrenador me cautivaba. Piensen que en 2008 yo estaba en la lista de transferibles y de ahí me fui a la Eurocopa, quedé mejor jugador del torneo y llegó Pep al Camp Nou.

—¿No le extrañó que pusiese a Mascherano de central?

—Por condiciones de juego necesitábamos a un hombre rápido. Y Masche, además de serlo, tiene otras grandes virtudes, como la agresividad, es muy competitivo y mejoró mucho con la salida de balón. Con Piqué forman una de las mejores parejas de centrales, pese a que se criticó mucho. Y mire, con el tiempo, campeones de un triplete y de un doblete en dos temporadas.

—¿Y Luis Enrique?

—Fue él quien me convenció para que me quedase un año más. En 2014 lo tenía apañado para ir a New York, pero me ilusionó lo que me dijo.

—¿Qué ha aportado al juego?

—Cosas buenas e interesantes, aunque tiene a la mejor delantera del mundo y posiblemente de la historia. Eso le condiciona a ser más directo en ataque. Es muy perfeccionista en el aspecto físico.