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¡Basta!

Brasil no puede contentarse con ser una selección mediocre. Un equipo vulgar.

Hemos ganado cinco mundiales. Y hasta en mundiales que no ganamos – como España 1982 – dejamos recuerdos que viven hasta hoy en la memoria de los amantes del buen fútbol.

Brasil no tiene obligación de ganar.

Pero sí la tiene de encantar.

De enamorar.

Obligación moral, histórica y filosófica.

Cuando veo a un Brasil que deja una Copa América eliminado en la fase de grupos sin marcar un gol siquiera contra Ecuador o Perú, algo está mal. Muy mal.

Todo comienza por la directiva corrupta y incompetente de la federación, cuyo presidente – Marco Polo Del Nero - no fue a la Copa América porque está buscado por el FBI por su involucración en el FIFA Gate.

¡Fuera Del Nero!

Son estos dirigentes los que eligen los entrenadores. Primero Luiz Felipe Scolari, arquitecto del la humillación sufrida en la semifinal del Mundial de 2014. 1-7 frente a Alemania.

Ahora Dunga, un exfutbolista que no hizo nada para merecer el puesto de entrenador de la mayor selección del mundo. Una posición a la que nombres como Guardiola y Sampaoli, recientemente, demostraron interés e ilusión de asumir.

Claro que hubo error arbitral en el gol de Perú. Un error escandaloso.

Pero Brasil no había sido capaz de marcar antes de eso. Era un equipo desordenado, indisciplinado, perdido.

Dunga murió con dos cambios por hacer frente a Perú.

¿No ha cambiado por que no sabía qué hacer o por que tenía miedo a equivocarse?

Uno u otro, la imagen de él en la banda mirando al campo, petrificado, lo dice todo.

¡Fuera Dunga!

Brasil no tiene ningún entrenador dirigiendo en alto nivel en Europa.

O en Sudamérica.

O en grandes selecciones internacionales.

Brasil no tiene entrenadores. Punto.

Por obra divina sigue teniendo grandes jugadores. Neymar, Douglas Costa, Willian, Coutinho… La lista sigue. Pero con Dunga, Scolari u otro miembro de la infame escuela del fútbol pragmático brasileña, da igual. Siempre van a jugar como jugaron frente a Ecuador o Perú.

Brasil necesita de una limpieza en su federación y en el mando de su dirección.

El problema es que es difícil de creer que vaya a pasar.

No ha pasado tras la humillación del 1-7, o la eliminación precoz de la Copa América 2016 o los últimos resultados en las Eliminatorias para el Mundial 2018,

Con la escusa del gol con la mano, Dunga seguirá. Del Nero también.

Mujeres y niños primero...