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BARCELONA - SEVILLA

Antonio Álvarez: "Al ganar en Basilea, la presión es del Barça"

Fue el último entrenador que levantó una Copa del Rey con el Sevilla. Aquella vez, en 2010, el Sevilla tampoco era el favorito ante el Atlético.

Actualizado a
Antonio Álvarez
Morenatti

Usted ya tiene experiencia en cómo preparar una final. ¿Qué se le puede decir a estas alturas a los futbolistas del Sevilla?

—A los futbolistas ya se les puede decir poco. Va a ser el partido número 63 de la temporada y ellos son los primeros en saberlo. Son conscientes del camino recorrido, de los equipos que han tenido que ir eliminando en cada fase y del sacrificio que ha costado. Cuando llega la final, no hay que recordarles nada. El profesional sabe perfectamente lo que se juega.

—¿Se puede tratar igual a todos o hay jugadores con los que hay que estar especialmente encima?

—No hay que pasarse con la motivación, hay que darle naturalidad a la preparación y al partido. El ambiente que te rodea ya te hace estar a mil por hora por la ilusión que se genera en la afición. Hay que saber a quienes apretar y a quienes no.

—Hay un paralelismo entre su Sevilla y éste: las lesiones.

—Las lesiones tras tantos partidos son normales. A nosotros se nos cayó Fernando Navarro y todo el mundo pensaba que tenía que mover la defensa, cambiar a varios jugadores de puesto, forzar a Adriano, que no estaba al cien por cien... Yo preferí no acordarme de los que no podían, no había ningún lateral zurdo específico y opté por un canterano, Antonio Luna, que hizo un gran partido frenando precisamente a Reyes, no a un cualquiera. Confiaba en él igual que Emery confía en los que tiene. Dará naturalidad al asunto.

—¿Hasta qué punto afecta el hecho de llegar al partido con un título ya en el bolsillo?

—A priori se podía decir que eran dos finales diferentes, pero lo que pasara en la primera iba a influir mucho en la segunda. Era imposible que no sucediera. Al ganar la Europa League, el Sevilla llega con una inercia positiva y un impulso grandísimo. Ganar en Basilea era muy importante para la moral y la motivación del grupo. Si no hubiera sido así, habría habido una presión añadida ante el Barcelona, aunque también hubiera dependido de cómo se hubiera perdido. Pero, en resumen, no hay duda de que es mucho mejor llegar con la Europa League ganada.

—En el verano de 2010 usted se enfrentó en la Supercopa a un Barcelona que parecía imposible de mejorar, pero mire el de ahora...

—Podíamos haberlos cogido hace un mes, que parecía que habían bajado la guardia... Son un equipo muy complicado, pero el Sevilla ya le ha ganado en el Sánchez Pizjuán y le apretó en el Camp Nou. Además, el Sevilla se siente más cómodo cuando tiene equipos que vienen a ganarle. Toda la presión la tiene el Barcelona. Va a ser una final muy competida.

—¿Qué sintió usted cuando levantó la Copa del Rey de 2010?

—Sentí que en ese momento entraba en la historia del Sevilla tras alzar un título. Fue un momento inigualable, que borró todos los momentos de preocupación y miedo por la posibilidad de defraudar que aparecieron durante los días previos al partido.