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366 HISTORIAS DEL FÚTBOL MUNDIAL | 20 DE MAYO

Joan Gaspart inventa lo de dream team y se baña en el Támesis (1992)

Actualizado a
Joan Gaspart se baña en el Támesis para celebrar la Copa de Europa del Barcelona.
Diario AS

Aquel era un buen Barça. Entrenado por Cruyff, regresaba a la Copa de Europa después de cinco años de ausencia, por las otras tantas ligas consecutivas ganadas por la Quinta del Buitre. Aquel año cambiaba el formato y se empezó a probar la fórmula de las liguillas, en busca de más partidos. Tras los dieciseisavos y los octavos se formarían dos grupos, de cuatro equipos cada uno, y los campeones de esas liguillas disputarían la final. El Barça se enfrenta primero al Hansa Rostock, último campeón de la Alemania del Este (está próxima la reunificación en el plano deportivo), al que elimina. En octavos, le toca el alemán del otro lado, el Kaiserslautern. En casa gana 2-0, pero fuera se ve en principio desbordado. El partido entra en el descuento y pierde 3-0. Está fuera. En eso, Koeman mete desde el medio campo un último balón al área alemana, repleta de gente. Ahí salta Bakero, en el callejón del diez, al borde del área chica, y mete como puede la cabeza. El balón sale bombeado, superando al meta alemán, y cae, llovido, en la segunda escuadra. Es el 3-1, que mete al Barça en la liguilla. Era el 6 de noviembre de 1991, una nueva fecha para el santoral azulgrana. Pero lo mejor estaba por llegar.

La liguilla, con el Sparta de Praga, el Benfica y el Dinamo de Kiev, se da mejor: cuatro victorias, un empate, una derrota, diez goles marcados, cuatro encajados. Gusta ese Barça en el que Guardiola toca rápido y simple, como hoy Xavi, Laudrup mete pases profundos de gran elegancia, Stoitchkov es un demonio en el ataque y Bakero juega para atrás cuando es preciso volver a empezar, cosa que la gente solo comienza a perdonarle desde su gol en Kaiserslautern. Por la otra liguilla pasa la Sampdoria, cuyas estrellas son el brasileño Cerezo y los dos atacantes italianos, Vialli y Mancini, percutidor y rápido el primero, exquisito el segundo. Ante ese equipo se va a medir el Barça. Es el año de los JJ OO de Barcelona, cuando por primera vez Estados Unidos va a presentar en baloncesto a sus profesionales de la NBA, con el añadido de que la generación de entonces era de ensueño. Por eso se les llamó el dream team, el equipo soñado. Nunca habían jugado juntos. Pero, la noche anterior, Joan Gaspart, singular vicepresidente del club, protesta en unas declaraciones en la radio. «Este es el verdadero dream team, el Barça.» Y así quedó bautizado. De paso, Gaspart anuncia que si el Barça gana se bañará en el Támesis.

Porque el partido se juega en Londres, en Wembley. Cruyff alinea a Zubizarreta; Ferrer, Koeman, Nando, Juan Carlos; Eusebio, Guardiola, Bakero, Laudrup; Salinas y Stoitchkov. Luego saldría Goikoetxea (64’) por Salinas y, ya en la prórroga y para perder tiempo, Alexanko (113’) por Guardiola. Porque el partido, espeso, fue a la prórroga. No fue la mejor versión del dream team, que solía jugar con tres defensas. Fue un partido cauteloso, más aún por parte de los italianos. Llegó la prórroga, y en ella Tintín Koeman, el líbero holandés de tremenda pegada, dispuso de una falta a unos veinticinco metros de puerta. Para mejorar el ángulo de tiro, Stoitchkov tocó para Bakero, que pisó el balón y se lo dejó a Koeman, a un metro del punto inicial. El obús de Koeman entra por el palo de Pagliuca y es gol. El Barça gana su primera Copa de Europa. Y en color, cosa que le lució mucho porque las del Madrid eran aún todas «en blanco y negro».

Y, por la noche, un Gaspart feliz se bañó en el Támesis, junto a unos amigos. Hay testimonio gráfico de ello.