El Leganés sobrevive al Nàstic y suma un punto de oro
El conjunto pepinero jugó una hora con diez, tras la expulsión de Insúa, pero no le perdió la cara al partido y mantiene los cuatro puntos de ventaja con el Nástic, que erró un penalti.
El Nàstic dejó con vida al Leganés y suma un punto que le impide asaltar los puestos de ascenso directo. Emaná pudo darle la victoria al conjunto grana, pero falló un penalti en el 12’. El conjunto pepinero jugó 59 minutos con diez por la expulsión de Insua y supo sufrir para mantener el liderato de Segunda División.
Emaná arrancó el encuentro con los pantalones recogidos y tiene una explicación: no había opción de regalar al Leganés minutos de tanteo y los grana querían marcar territorio. Y en el 2’, el camerunés lideró una acción por banda y asistió a Aburjania, pero su tiro pegó en César Soriano. El georgiano demandó mano, pero la tenía pegada al cuerpo. Sigan, sigan y el Nàstic no estaba dispuesto a rebajar la intensidad de un encuentro que estaba siendo trepidante. El Leganés bastante hacía con achicar agua porque los grana les llegaban por todos los lados. Y así llegó el penalti. Tejera realizó un desplazamiento excelente al espacio, Gerard Valentín se la jugó y César Soriano le derribó dentro del área. Penalti claro, pero desaprovechado. Emaná lo fió todo a su potencia y el balón salió despedido por encima de la portería de Serantes.
Ello marcó un antes y un después. El Nàstic perdió fuelle y el Leganés olió sangre con un Szymanowski eléctrico. Se asoció con Guillermo, pero quien pudo morder de verdad fue Gabriel. Tras un centro que se paseó de lado a lado por el área pequeña del Nàstic, el punta tiró a bocajarro sin mirar la dirección y se topó con el larguero.Tras el susto, los de Vicente Moreno volvieron a enchufarse y en el 31’ se les volvió a allanar el terreno. Insua vio la roja. Cometió un error en la salida de balón —Naranjo pudo hacer mano— y tras derribar al atacante del Nàstic fue expulsado. Szymanowski fue el damnificado y entró Albizua. Su primer minuto pudo ser fatídica porque tras una acción de Giner el árbitro no castigó una mano —era complicado verla— de Víctor Díaz. Eso sí, la acción siguió y Naranjo disparó al larguero.
El inicio de la segunda mitad volvió a tener color grana, pero el Leganés no acusó el jugar con uno menos. Omar Ramos puso calma en cada acción y Garitano juntó las líneas de su equipo. El Nàstic se adueñó de la posesión, pero la falta de velocidad en la circulación de balón y la nulidad de espacios les desquició. Y si había algún despiste ahí estaba un Serantes impertérrito.
El cansancio hizo mella en los últimos minutos y las constantes interrupciones impidieron ver grandes ocasiones de gol. El Nàstic no paró de nadar hasta el final, pero murió en la orilla porque Palanca no puso superar a Serantes en la última acción. Punto que sabe poco al Nàstic y a gloria a un Leganés que resta una fecha a su camino hacia Primera.