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ATLÉTICO DE MADRID

Así fue la Liga del Atlético: Oblak y la defensa, uno a uno

El esloveno brilló con un año imponente y cifras de récord; la zaga demostró ser la mejor del campeonato y, puede, de todo el mundo.

MadridActualizado a
Así fue la Liga del Atlético:
Oblak y la defensa, uno a uno
LALIGA

Con la Liga finiquitada, analizamos el rendimiento que ha dado cada jugador del Atlético este curso. En esta entrega valoraremos la actuación de Oblak, indiscutible en la portería, y de los zagueros.

Oblak (3.420 minutos): brillantísima la Liga del esloveno, que ha recibido 18 goles en 38 partidos, con una media de 0,47. La derrota en casa del Levante en la penúltima jornada le privó de pelear por el récord de Liaño con el Deportivo 93-94; sólo pudo igualarlo, lo cual ya es un mérito enorme. El estupendo entramado defensivo del Atlético le ha evitado tener que exhibirse en exceso, aunque en algunos partidos dio puntos con sus paradas, como ante el Athletic en el Calderón (2-1). Su peor error, una cantada ante el Betis en casa (5-1), quedó sin consecuencias.

Moyá (0’): inédito en todo el campeonato, tuvo la Copa y el equipo cayó en cuartos. Asume su rol y hace equipo, lo cual ya es un valor en sí mismo.

Juanfran (3.030’): incombustible dueño del lateral diestro. El alicantino se ha perdido sólo tres partidos de Liga y ha jugado más de 3.000 minutos. A sus 31 años, sigue aumentando su rendimiento y regularidad curso tras curso. Hizo un gol ante el Betis y dio una asistencia a Filipe en el Estadio de Gran Canaria; tal vez ese sea el pero, que su aportación en ataque se ha reducido respecto de temporadas anteriores. Por el contrario, en defensa ha reforzado su rendimiento.

Gámez (725’): la bendición que supone para el Atlético gozar de dos laterales como Juanfran y Filipe, fijos para Simeone, es el gran obstáculo de Gámez, que pese a todo ha logrado minutos con su trabajo y supliendo al titular en ambos costados. Un total de 10 partidos de Liga en los que ha cumplido, aunque la falta de continuidad le impide enseñar al jugador que fue en Málaga.

Filipe Luis (2.834’): como Juanfran, otro que tiene gasolina para rato. Claramente de menos a más, arrancó con dudas y acaba el curso como un tiro. Marcó un gol en casa de Las Palmas y dio otros cuatro. Su peor momento sucedió en Barcelona, cuando su entrada sobre Messi le costó la expulsión y pudo acarrear tres partidos de sanción (Apelación ajustó el castigo desproporcionado y se quedó sólo en uno). Tras su periplo fallido en el Chelsea, ha vuelto al hábitat más adecuado para brillar.

Siqueira (90’): apenas un partido ante el Getafe en casa fue su único bagaje en Liga antes de marcharse en enero al Valencia. Simeone no le quería y se lo dejó claro con continuos descartes en las convocatorias.

Godín (2.650’): no descansó ni un minuto en Liga hasta que fue expulsado en Barcelona. Desde marzo, las lesiones le han impedido tener continuidad; ahora sólo tiene ojos para la final de Milán. Marcó un gol en Granada; la falta de tino del equipo este año en el balón parado, otrora una de sus grandes bazas, le ha perjudicado a la hora de anotar. En defensa, es el mariscal de la mejor zaga del mundo, probablemente.

Giménez (2.430’): la marcha de Miranda le abrió las puertas de la titularidad; sin embargo, el club firmó un central de renombre como Savic para que compitiese con él. Sin duda, el uruguayo ha ganado esa pugna, aunque no sin momentos de flaqueza. Su error en La Coruña ante Lucas Pérez costó dos puntos. Marcó un gol y asistió en otro. Es jovencísimo (21 años) y debe seguir aprendiendo, pero hay en él uno de los mejores central de la próxima década.

Savic (925’): un caso extraño, el del montenegrino: en algunos tramos del curso mereció el puesto de Giménez, pero su rosario de lesiones (con visita a Belgrado para revisar una simple sobrecarga incluida) le hicieron retroceder en el escalafón. Ha demostrado sus virtudes para el corte y la marca, que ya lució en la Fiorentina. También sus dificultades con el balón en los pies, pero las suple con un juego fácil.

Lucas (835’): probablemente, el gran descubrimiento del tramo final de Liga para el Atlético, así como en la Champions. El francés fue la solución de emergencia de Simeone ante las bajas de Giménez y Godín y Lucas respondió con grandeza. Pudo salir en invierno, pero se quedó y sus actuaciones son la mejor carta de presentación para el próximo año.

Monsalve (90’): las bajas en el centro de la defensa obligaron a Simeone a alinearle de inicio contra el Betis y el chico mostró que tiene trazas de buen central. Su sitio es el B, pero el primer equipo puede contar con él.