El Mirandés gana y mantiene vivo el sueño del playoff
Un tanto de Alain Oyarzun en el 25' fue suficiente para que los de Terrazas se deshicieran de una Ponferradina inocente en ataque y sin pegada.
El Mirandés logró una importantísima victoria al imponerse por la mínima en el derbi regional ante la Ponferradina en un partido con pocas ocasiones y en el que un buen gol de Alain Oyarzun a los 25 minutos de partido terminó por decantar el encuentro a favor de los rojillos.
Los de Carlos Terrazas comenzaron con la chispa necesaria cuando sabes que de diez partidos que restan de liga, seis se juegan en tu estadio y ahí radican tus posibilidades de cumplir con el objetivo de estar arriba. Fruto de ello la primera aproximación a las áreas fue de los rojillos, tras una combinación que se inició en el centro del campo entre Alain y Ion Vélez, que terminó con un pase de Aridane al punto de penalti que Sangalli remató desviado tras ser interceptado su disparo por un defensa del conjunto berciano.
El exceso de revoluciones no es buen consejero casi nunca, y el Mirandés demostró esta teoría. La Ponferradina se dedicaba a defender con orden y procuraba no tomar riesgos. Poco le importaba al equipo que dirige Fabri ceder la posesión del esférico si no sufría la portería defendida por Santamaría.
El Mirandés llegaba a línea de tres cuartos, pero a partir de ahí las ideas de los de Terrazas se nublaban como el cielo que cubría Anduva. Pero las jugadas a balón parado también tienen su atractivo, y los rojillos supieron cómo aprovecharlo.
Transcurría el minuto 25 de partido cuando Eguaras botó un córner, el portero visitante Santamaría despejó el cuero y éste, le cayó a Alain que sin pensárselo la empalmó de primeras con su pierna izquierda y el balón se alojó en el fondo de las mallas con violencia. Buen gol del jugador cedido por la Real Sociedad que le daba ventaja momentánea a los locales.
A pesar del gol encajado los bercianos no cambiaron su guion y no alteraron el guion expuesto sobre el césped de Anduva. La indolencia de la Ponferradina contrastaba con las ganas del Mirandés de ir a por el segundo. A falta de cuatro minutos para llegar al descanso, un centro de Alain pilló por sorpresa a la defensa visitante y Provencio estuvo a punto de aprovecharlo para marcar el segundo. Con ventaja por la mínima para el Mirandés se llegó al descanso.
Tras el paso por vestuarios la Ponferradina despertó de su letargo, y a los ocho minutos de la segunda mitad, una jugada protagonizada por Casado terminó con un pase raso al segundo palo que Acorán remató y Galán salvó bajo palos evitando el empate. Era el primer tiro a puerta de los de Fabri en todo el partido.
El aviso no fue aislado, ya que tan solo dos minutos más tarde, William Jabor se marchó en velocidad de Galán pero su disparo dentro del área le salió muy desviado por encima de la meta rojilla.
El asedio no paraba, y Alan Baró creó la ocasión más clara de peligro al sacarse un chut potente desde fuera del área que se estrelló en el travesaño de la meta de Sergio Pérez.
Fabri decidió mover el banquillo dando entrada al ex del Mirandés Pablo Infante y a Dima. A Terrazas no le gustaba lo que veía y no dudó en dar entrada a Álex García en detrimento de Alain. El Mirandés consiguió sacudirse el dominio de la Ponferradina a base de provocar faltas y frenar el ritmo del partido.
El tiempo pasaba y el resultado favorecía a los locales, mientras que Fabri desesperaba en el banquillo berciano sabiendo que el efecto del buen inicio de la segunda parte de los suyos había desaparecido.
Las internadas de Pablo Infante era lo único que generaba peligro en el área de la meta defendida por Sergio Pérez pero sin traducirse en ocasiones claras de gol. La Ponferradina se quedó con diez jugadores en el último minuto del tiempo reglamentario por expulsión de Miquel, algo que terminó por dilapidar las opciones de los bercianos de sacar algo positivo de su visita a Anduva.