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RAYO VALLECANO 2 - GETAFE 0

El Rayo respira, el Geta agoniza

Un gol tempranero de Javi Guerra marcó el partido. Miku sentenció en la segunda mitad. El equipo de Escribá fue inofensivo durante todo el partido.

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El Rayo respira, el Geta agoniza

El rugido de Vallecas despertó a un Rayo que salvó su match-ball ante el Getafe. Pronto se disipó el empuje azulón. Tan pronto como los franjirrojos se reubicaron y encontraron (y ya van 14 jornadas consecutivas...) la senda del gol. Los locales respiran a costa del vecino: sin mordida arriba, sin seguridad atrás e incapaz de frenar su caída libre.

A la tensión, los chispazos, se unió la polémica desde bien temprano. Jaime Latre anuló un gol legal de Javi Guerra (13'), tras consultarlo durante más de un minuto con el asistente, por un fuera de juego inexistente ya que el último que toca el balón había sido Víctor Rodríguez y no Quini.

Llamémoslo justicia divina o karma, pero sólo dos minutos después llegó el definitivo 1-0. Igual protagonista y nueva ración de polémica en una jugada embarullada. Baena cabeceó un córner, que detuvo Guaita. Miku atrapó el rechace y remató, el esférico pegó en el cuerpo del meta y fue directo al codo del venezolano... momento en que Guerra irrumpió (ya por detrás del balón) para sumar su décimo gol en Liga (no marcaba desde el 13 de diciembre).

El Rayo, hasta entonces asfixiado, empezó a sacar los dientes. Porque el Getafe se mostró correoso desde el pitido inicial y en su presión, Sarabia era la amenaza constante. Primero botando un córner que Medrán mandó fuera y después, con un disparo que blocó el portero franjirrojo, tras recortar a Tito.

El gol fue el punto de inflexión. Bebé se convirtió en la pesadilla constante de Vigaray y Miku olisqueaba una sentencia que tardó en llegar. Tras el descanso, seguía el asedio. Tanto fue así que el Rayo reclamó un penalti en el 55', después de que Vergini rodease con su brazo el cuello de Llorente. Impune quedó también un tremendo agarrón de Vigaray a Bebé que hubiera supuesto la segunda amarilla.

Paco apostó por Guerra en punta y Miku en la mediapunta. Y ambos tuvieron premio. El del venezolano llegó en el 70', tras cazar un centro de un impecable Pablo Hernández y puso el 2-0. Los azulones eran un juguete en manos de los vallecanos. Un respingo de Medrán trató de sacudir el dominio de los franjirrojos. Inocuo. Como las protestas por un penalti de Amaya en el último suspiro (el balón le da en el codo).

El Getafe encadena once partidos sin ganar y se hunde en la clasificación ahora que le toca visitar El Madrigal. Y Escribá... no encuentra el remedio a la persistente gripe del equipo. Mejor respira el Rayo, gracias a la medicina del triunfo y al aliento de la grada. Hay pulso. Hay Liga.