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SPORTING 2 - RAYO VALLECANO 2

Jozabed da un punto al Rayo ante un Sporting que sufrió

Guerrero y Halilovic adelantaron a los de Abelardo dos veces. Los de Paco dieron dos palos al final y Cuéllar, que falló en el 2-2, hizo dos paradas salvadoras.

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Jozabed da un punto al Rayo ante un Sporting que sufrió

El Molinón no quiso frenar la euforia de Sporting y Rayo: les concedió un punto para continuar con su progresión. Un punto con diferente sabor. Una pizca más dulce para los rojiblancos, algo más amarga para los franjirrojos que acariciaron el triunfo en un final de infarto, donde el palo y Cuéllar evitaron el vuelco de un partido que pronto se torció para los visitantes.

Y es que Guerrero se vistió de Sanabria y adelantó a los locales a los cinco minutos, merced a un despiste de Quini en el despeje. Prólogo de una historia que se repetía con las cabalgadas de Jony por la banda izquierda. El dolor de muelas del Rayo durante la primera mitad.

Los visitantes querían reescribir el relato y fue Miku quien marcó en una jugada iniciada por Jozabed (con un pase en profundidad) y un centro de Pablo. Cuarta jornada consecutiva mojando e igualando así a Hugo Sánchez y Bolic. Algo que ningún compatriota había conseguido en Liga. Pero poco duró la alegría. Sólo siete minutos después Halilovic certificó el 2-1. Un nuevo fallo atrás propició que Jony encontrara al croata, listo para marcar desde el suelo ya en el 46’.

Paco movió ficha (salió Iturra) y el Rayo recobró esa personalidad que apenas había asomado. Juan Carlos despejó un disparo a bocajarro de Guerrero y después, Jozabed aprovechó un centro de Tito y un exceso de confianza de Cuéllar para empatar. El centrocampista iguala a Guerra como pichichi (nueve tantos) y se convierte en el medio español más goleador de las cinco grandes ligas europeas.

Después, la novela tuvo un gran protagonista. Irrumpió Embarba y fue un torbellino. Primero mandó un balón al palo y después, otro salió rozándolo. Se respiraba el suspense, caía la lluvia incesante. El Rayo estaba volcado y el Sporting agonizaba. Cuéllar detuvo dos trallazos (de Trashorras y Jozabed) y el larguero hizo lo propio con la última bala de Trashorras. La intriga, a la enésima potencia.