Un Nástic serio se asienta en el playoff a costa del Huesca

El Nàstic vuelve a ser equipo de playoff. El conjunto grana fue un ciclón en la primera mitad, y ello le bastó para vencer a un Huesca con intención pero sin precisión en el último pase para tener opción a meterse en el partido. Emaná se lució e hizo el 1-0 y Jean Luc rubricó la victoria.

El fútbol volvió a ser caprichoso: cuanto más tratas de sacar defectos a un equipo, más rápido te la devuelve. El Nàstic fue acusado en las dos últimas jornadas de falta de pegada y el Huesca sufrió su ira. Pese a que el inicio del encuentro fue algo insípido porque al juego le faltó velocidad —las interrupciones del árbitro tampoco ayudaron— y acierto en el pase, Palanca fue el encargado de ponerle una marcha más. Jean Luc lo intentaba por la derecha, pero el verdadero peligro llegó por la banda izquierda. A Íñigo Ros le tocó bailar con la más fea. Y es que el extremo grana estuvo en todas. Pasado el cuarto de hora de juego, avisó con algunas internadas, pero fue en el 23’ cuando asistió a Emaná para que se plantara solo ante Leo Franco. El camerunés tiró de velocidad para hacer inútil la reacción de la defensa porque cuando llegaron a taponarle ya había cruzado el balón con una calidad sutil para hacer el 1-0. El Nàstic le necesitaba y él no falló. Pero no se acabó ahí su aportación porque el tanto le liberó y demostró que cuando se le deja espacio te hace un destrozo. En el 2-0 se fabricó una gran acción por banda que pasó desapercibida porque la gloria fue para Jean Luc. Palanca disparó y el rechace de Leo Franco le llegó al de Costa de Marfil que tan solo la tuvo que empujar.

El conjunto grana le puso pegada a dos acciones repletas de calidad y ello fue demasiado para un Huesca que ganaba efectivos para achicar agua. Bambock apenas aparecía, Fran Mérida no pudo conectar con Luis Fernández y Mainz, que estuvo voluntarioso, fueron incapaces de colocar bajo el foco a un Reina que ni se inquietó.

Ya en la segunda mitad, el Huesca quería demostrar que nunca dejar de reblar y se adueñó de la posesión pero el último pase acertado nunca llegó. Luis Fernández y Sáiz intentaron inquietar a Reina, pero como ya sucedió en la primera mitad, apenas tuvo que lucirse para frenar sus acometidas. En cuanto al Nàstic, dio la sensación que ya estaba contento con el trabajo realizado y se dispuso a dejar pasar el tiempo. Xisco Muñoz pudo hacer más grande la brecha de un Huesca que demostró al final, a través de Figueroa, que no era el día para puntuar.