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ESPANYOL

"La pasión de sus aficiones es el nexo entre Espanyol y Betis"

Javi López se formó en el Betis pero ha hecho carrera en el Espanyol, hasta alcanzar la capitanía. Jaume Sabaté trazó el camino inverso. Ambos conversaron con AS.

Actualizado a
Javi López y Jaume Sabaté conversaron este miércoles largo y tendido con AS como testigo, en la Ciudad Deportiva del Espanyol.
Rodolfo Molina

—¿Qué representa para ustedes un Betis-Espanyol?

Javi López y Jaume Sabaté: ambos jugaron en Betis y Espanyol.
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Javi López y Jaume Sabaté: ambos jugaron en Betis y Espanyol.Rodolfo Molina
Javi y Sabaté, dialogando con AS.
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Javi y Sabaté, dialogando con AS.Rodolfo Molina

Jaume Sabaté: Son partidos históricos. Al Espanyol, el campo del Betis se le ha dado generalmente bien y el Betis siempre ha tenido respeto al Espanyol. Mi circunstancia especial fue cuando, como jugador verdiblanco, eliminamos a los pericos en la Copa del Rey, pues ese año el Betis la ganó por primera vez. El Betis es una de las mejores aficiones de España, respalda mucho al equipo a todos los campos que va.

Javi López: Como dice Jaume, es un partido histórico, entre dos equipos que han estado muchos años en Primera. No será quizá como en Sarrià, pero cuando el Betis viene a Cornellà también trae a muchos aficionados. Un nexo en común entre ambos equipos es la pasión de sus hinchadas. Es algo que me llamó mucho la atención cuando llegué al Espanyol. En eso, ambas aficiones son muy similares, son muy pasionales.

—¿Qué supuso el Betis en sus respectivas carreras?

J.L.: Yo estuve allí siete temporadas y les estaré eternamente agradecido. Sin el paso por el Betis, igual que por el equipo de mi pueblo, no estaría donde estoy ahora. Pero el que me lo ha dado todo como deportista es el Espanyol. Con el primer equipo del Betis llegué a entrenarme y a jugar un amistoso con Serra Ferrer. El aficionado que seguía a la cantera sí tiene un buen recuerdo de mí, porque lo daba todo. Cuando se acerca este partido, recibo un montón de mensajes de amigos béticos y de conocidos que seguían a la cantera. Me recuerdan y me dicen ‘tú podías estar aquí’. He jugado tres partidos allí, con un empate y dos derrotas, ¡espero una victoria este sábado!

J.S.: En mi caso, cuando venía a jugar a Sarrià con el Betis y me iba a la gasolinera, que es donde me venía a buscar la familia, los seguidores más recalcitrantes y fanáticos del Espanyol me decían de todo menos guapo. El Espanyol fue mi consolidación emocional como jugador de Primera y el Betis, la consolidación como profesional del fútbol. Tengo muchos vínculos con el Betis, con su afición y con la ciudad. Y con el Espanyol ya ni digamos…

—¿Cómo viven el momento que atraviesa el Espanyol?

J.S.: Hay que tener tranquilidad. Hay mucha calidad para hacer una campaña muy buena pero no hay que meter presión. La directiva tiene que dar confianza, estar muy próxima a los jugadores, que son los que dan la cara. A la larga, eso influye en el rendimiento del equipo: si el jugador siente que la directiva les respalda, el rendimiento va a ser superior. Y si en cambio no hay coherencia en las declaraciones, esto puede ser perjudicial.

J.L.: Tengo poco que añadir a lo que dije hace unos días sobre la necesidad de ir de la mano. Nunca he pedido nada a la afición, porque creo que no tenemos derecho a pedir, solo tenemos que darles. Pero me gustaría que estuviéramos todos unidos, remando en la misma dirección, porque así es como se solidifican las bases de una institución.

—¿Irá incluso bien jugar dos partidos seguidos fuera?

J.L.: No, aunque las sensaciones del último partido fueran un poco extrañas, nosotros queremos jugar ante nuestra afición, porque sabemos que a poco que les demos, ellos van a estar con nosotros. E intentamos hacer las cosas de la mejor manera para que ellos disfruten. ¡Ojalá pudiéramos jugar todos los partidos en casa!

—¿Ustedes recuerdan lo que se dijeron en 2009 cuando coincidieron en PericosOnline, en la televisión?

J.S.: ¡Y tanto! Javi me debe todavía una comida, con gambas rojas.

J.L.: ¡Sí, era una mariscada!

J.S.: Le dije: “Este año vas a jugar 24 partidos”. Y no se lo creyó.

J.L.: Y acabé jugando 25. Recuerdo, Jaume, que me enviaste un mensaje cuando alcancé la cifra. “Que sepas que me debes una comida”, decías. Soy un sinvergüenza, porque aún no te he invitado. Las deudas se pagan, yo soy de palabra.

—Y ahora, Javi, es capitán. ¿Qué le queda por cumplir?

J.L.: Mi sueño futbolístico en el Espanyol es ganar un título., porque a nivel individual a poco más puedo aspirar. Nunca imaginé a dónde llegaría. Primero era a ver cuántos partidos podía jugar, luego fui creciendo, hace tres años entré en la lista de capitanes, ahora soy el futbolista con más partidos en el club, en Cornellà y capitán. Es una responsabilidad muy grande, pero colma todos mis sueños individuales. Lo que me queda por cumplir son sueños colectivos.

J.S.: Esto se debe a que desde que llegó no ha dado ningún problema, es un buen profesional y siempre su rendimiento ha estado por encima de sus capacidades. Es un jugador de club y se hace respetar. Se merece ser capitán.

J.L.: Yo te lo agradezco.

J.S.: Lo único es que a veces, sobre el campo, tienes que hacer un poco reflexión del juego. En jugadas puntuales, pensar un poco, porque edad, calidad, condiciones y fuerza física tienes.

J.L.: Eso es verdad, a lo mejor te dejas llevar por los impulsos, quieres demostrar más de lo que a lo mejor tienes que hacer en ese momento y no hacer solo lo que te toca.

J.S.: A veces, Javi, es cabeza fría y corazón caliente. Es un tema que se va adquiriendo, lo importante es pensar unas décimas de segundo. Por lo demás, es una persona tremendamente honesta con los demás y con el club.

J.L.: Mi implicación no se puede poner en duda. Incluso si había que ponerse de portero, me puse de portero. Parece que siempre que se habla de eso es en broma, pero me tocó y lo hice.

J.S.: Mucha gente no sabe que tú originariamente eras extremo derecha. Voy a explicar una cosa que no conocerás: cuando llegaste al Espanyol con el hijo de Gabino (Álvaro Brachi), sentó muy mal en el seno del Betis porque érais dos valores de futuro verdiblancos. Aquí has jugado en tu posición natural, de lateral derecho, izquierdo, de mediocentro y, como decías, de portero. Solo falta que pongas los banderines en el córner.

J.L.: Mi evolución en el juego no solo ha sido técnica o táctica. Eso tampoco se sabe, pero también he tenido que transformarme físicamente, he tenido que adaptar mi cuerpo. Las cualidades físicas para cada demarcación son distintas. Cuando me tocó jugar de lateral, perdí peso y gané en otras zonas musculares, con la ayuda de Pochettino lo conseguimos, mediante el visionado de vídeos y el trabajo específico lo logramos. Ahora, como mediocentro, con la edad y la experiencia tienes más capacidad de adaptación.

—Y de mediocentro continúa.

J.L.: Creo que la temporada pasada como mediocentro respondí bien a las expectativas, que estuve a un nivel correcto, aunque el AS me diera solo una pica en casi todos los partidos…(ríe)

—Haremos ver que no ha dicho nada... Por cierto, ¿cuál es el objetivo del Espanyol?

J.S.: El primer objetivo, por las circunstancias, es buscar los 42 puntos. Y cuanto más rápido los consiga, podrá pensar en otras historias. Desgraciadamente, por el tema económico, debe ajustarse a unos determinados límites. El Espanyol, como otros equipos, está encima de una cuerda, que puede moverse hacia un lado u otro.

J.L.: Es verdad que estamos en un momento en el que existe mucha igualdad entre bastantes equipos. Por eso soy partidario del partido a partido: así llegamos a los 42 puntos y entonces hablamos. Pero también creo que es importante solidificar las bases, apostar por la cantera, y creo que ambas cosas se están haciendo.

—Finalmente, ¿podrían hacer una porra para el Betis-Espanyol de este sábado?

J.L.: Aunque le duela a mis amigos y a algún que otro familiar, miro por mí y por mi club, así que apuesto por una victoria del Espanyol, la que sea.

J.S.: Un 2-2.

J.L.: ¡Vaya tela!

J.S.: Un 2-2 sería estupendo porque veríamos goles y emoción.

J.L: Tú sí, pero me temo que los defensas no estarían contentos con ese marcador.

J.S.: Insisto. Todo lo que sea ganar sería magnífico, pero con un punto, yo me daría por satisfecho.

J.L.: Y tú, Jaume, celebrando los cuatro goles, ¿no?

J.S.: Exacto. Una vez suceda eso, ya solo quedará pendiente ver algún día una gamba roja.

J.L.: Eso está hecho, Jaume.