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ATLÉTICO DE MADRID 2 - GETAFE 0

Griezmann marcó y el Atleti sesteó y se acostó líder

Dos goles del francés (4' y 89'), que suma cinc, firmaron la victoria en el Calderón. Los rojiblancos, de más a menos. Pobre imagen del Getafe, que intimidó algo al final.

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Griezmann marcó y el Atleti sesteó y se acostó líder
LALIGA

Todo sigue igual por el Calderón, al menos para el Getafe. Decíamos que era ese vecino enrollao que siempre pasa como pidiendo perdón por pisar el suelo y Escribá no fue capaz de cambiarlo: saltó bien plantado tácticamente su equipo al campo, pero no habían pasado ni cinco minutos y ya perdía 1-0 ante este Atleti del Cholo que es mucho más que once jugadores.

“Un hombre se acostumbra a todo”, escribió una vez Steinbeck. Pero no. A todo no. Un futbolista jamás se acostumbra a un banquillo. Simeone lo sabe bien y por eso reparte juego y minutos como un crupier. Es su manera de tener a todos a tono: ayer agitó el once con seis cambios con respecto a Ipurúa. Salía con cuatro canteranos (Saúl, Óliver, Gabi y Torres); debutaba, al fin, Savic; Carrasco era titular; Tiago descansaba y… tampoco se notaba demasiado quién había salido o entrado. Al menos en los primeros minutos.

Eso sí, en su inmenso armario, el corte francés es el que mejor le sienta. Sin duda. Como un guante. Y es que Griezmann volvió a ser principio y final de su Atlético. Su hombre gol, ese que resolvió un partido por momentos feo, aburrido. El francés es ahora mismo el must, esa prenda imprescindible en cualquier vestidor, de este equipo.

Su primer gol llegó a los cuatro minutos, tras un saque de esquina de Carrasco que rechazó Guaita. El balón cayó a los pies de Gabi que lo empaló para devolverlo al área por donde rondaba, cómo no, el francés, siempre el más listo de la clase. La defensa del Getafe, lentísima, tardó mucho en salir para hacer el fuera de juego y Griezmann (en posición legal, Alexis lo rompía) controló perfecto con la izquierda y batió al portero del Getafe con la derecha, con un disparo cruzado.

Tan fácil fue que el Atlético se echó la siesta. Y eso que por su banda izquierda pintaban bastos con Siqueira, que salió un pelín alocado: vio una amarilla por una entrada absurda a Damián en el 2’ y casi le expulsan, por otra, en el 11’. Para quien no vio la mirada que le echó Simeone la explico: es de las que fulminan. Tampoco era mucho mejor la cara de Escribá. Todo un poema. Y no de amor precisamente. Su equipo no se había descompuesto, pero no hacía ni cosquillas. Saúl, enorme, sin perder un balón y jugando al primer toque, y Gabi habían anulado a Medrán y Juan Rodríguez. Y eso que, en la relajación general en la que se movía el Atlético, Óliver se despistó en una salida del balón y se lo regaló a Stefan que estaba solo ante Oblak. Pero el portero hizo su milagro de cada día, claro. Es otro must.

Simeone quiso espabilar a sus jugadores tras el descanso y, nada más comenzar la segunda parte, sacó a Correa por Carrasco (más activo que efectivo) y a Jackson por Torres. Pero ni con esas despertó el Atleti. Tan feo lo vio el Cholo que en el 64’ tuvo que tirar de ese hombre que es su altavoz en el campo: Tiago. Y es que el Getafe acababa de darle un susto: Pedro León se había quedado solo ante Oblak y, aunque tiró el balón fuera, su disparo fue de los que despiertan a un ejército. Y, por cierto, la acción nació de otro fallo de Siqueira. Y aquí ya no describo la mirada de Simeone. Eran rayos laser, directamente.

Agitó Correa, ovacionado en cada balón que tocaba (qué ganas tiene el Calderón de verle triunfar), y serenó Tiago cuando el Getafe jugaba sus mejores minutos, taponando muy bien las líneas de pase rojiblancas. Pero cuando los cuellos de las camisas habían empezado a apretar se desperezó Griezmann y volvió la tranquilidad. Marcó con la izquierda, tras un pase de Jackson que fue medio gol, para acostar al Atlético líder de la Liga. Simeone tiene a su equipo donde quería y, oye, la hoja de ruta rojiblanca en su etapa reina es (casi) impecable. Queda la mitad y por allá ya asoma Vila-real...