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RAFAEL MARTÍNEZ CAMPILLO

“Que sólo un rico pueda dirigir al Real Madrid es una patraña”

Un grupo de socios comandados por él denunciaron a la justicia la última modificación de los Estatutos promovida por Florentino que ha impedido que hubiera elecciones.

Actualizado a
“Que sólo un rico pueda dirigir al Real Madrid es una patraña”

—¿Por qué demandaron los Estatutos del Madrid?

—Se dirime si las exigencias que ha impuesto el club para presentarse a la presidencia respetan o no la Ley Orgánica de Asociación y, además, la misma Constitución, que dice que no puede haber desigualdades por razones económicas a la hora de acceder a los puestos de responsabilidad. Es el famoso tema del preaval.

—Entiendo...

—Se deduce de la contestación a la demanda que ya ha hecho el Madrid, además, que la directiva actual no puso el preaval necesario. Un contrasentido siendo un requisito exigido según los Estatutos tras su última modificación. Es un requisito impuesto ahora en el Madrid y adicional a lo que dice la Ley del Deporte, que sólo indica que debe avalar el ‘candidato electo’. Por eso en el Barça se presentaron cuatro y en el Madrid no hay elecciones.

—¿Cuáles son los plazos del litigio?

—La vista es el 25 de noviembre. Se presentarán pruebas, y el juez dictará sentencia. Pero ya ha sido un éxito que se celebre el juicio, porque este tipo de querellas sufren un examen previo de la Justicia antes de ser admitidas. Y ese examen ya fue superado.

—¿Cómo se ha llegado a esta situación en el Madrid?

—Aquí se ha construido una patraña. Nuestros nietos se volverán locos de risa en el futuro cuando vean que una masa de 90.000 personas, que son los socios, se ha tragado la patraña de que sólo los megarricos pueden dirigir un club deportivo. Se ve que los que no son muy ricos, querrían ser presidentes para llevarse el dinero.

—¿Se ha instalado esa idea?

—Desde luego la gente ha picado en el anzuelo. Pero mire, lo que manda en los clubes modernos ahora es el talento de su directiva y el respaldo de sus socios. Hay ejemplos maravillosos de entidades que no viven en ese estado de ansiedad en el que vive el Madrid con Florentino. El Bayern, por ejemplo, está gestionado bajo el principio de no gastar más de lo que se ingresa. Ahora el Madrid tiene más de 600 millones de deuda bruta… Y además, el Bayern tiene una dirección deportiva en la que no se mezcla lo financiero para evitar los caprichos de turno del presidente y permitir que el proyecto deportivo tenga una continuidad.

—¿Cómo podría cambiar la vida del Madrid esta demanda?

—Sería un rayo de esperanza a que se adelantaran las elecciones y se acabara con la patraña. Si se adelantaran, se pondría en evidencia que se nos ha engañado a todos. Y si se celebraran cuando toca, yo espero, al menos, que se acabe con el argumento de que sólo los grandes ricos pueden dirigir un club.

—¿Teme que le tachen de antimadridista?

—El que hace lo que hago yo es porque quiere a su club. No estoy diciendo algo que pueda llevar al Madrid a un lugar no querido. ¿Es que ha habido una época peor que esta crisis de ansiedad permanente en la que ahora vive el Madrid?

—Le veo muy convencido…

—Pienso en el socio del Barça que denunció el fichaje de Neymar y todo lo que hemos sabido después. Las minorías activas nunca han tenido un papel tan relevante como ahora en la sociedad. Cada vez es más difícil tapar la verdad. La patraña en la que se ha basado la presidencia de Florentino está a punto de acabar. Parece que sólo los que son riquísimos no tienen tiempo para nada más que para hacer el bien. Y a lo mejor lo único que buscan es prestigio personal. Pues mire, en España hay mucho talento deportivo y financiero como para que otros realizaran una labor extraordinaria al frente del Real Madrid.

—¿Qué sensación le ha dejado el verano del Madrid?

—Ya le digo, si ponemos a la institución en un diván, el psicólogo diría que está en una crisis de ansiedad permanente. El Madrid está gestionado al límite, parece que guiado por ser mejor que el Barça. Y compra todo lo que hay en el mercado a base de dinero. Nadie se ha preocupado por construir un proyecto, un equipo pensado y sin fisuras. Y esa crisis de ansiedad se traslada a los jugadores, a los empleados del club. Porque todo depende de la palabra de un señor. Cuando la cúpula va mal, el equipo no puede ir bien.

—¿Qué le preocupó más?

—La manera infame en que salió Casillas. Aun estando en el tramo final de su carrera, el Madrid estaba en la obligación de tenerlo consigo. Ese muchacho representa el valor de un gran club, porque desde niño y siendo de una familia modesta se convirtió en el mejor portero del mundo. Y se le ha tirado a la basura comprando pitadas gratuitas a unos cuantos bereberes del Madrid. Eso demuestra la falta de entrañas y corazón de un club que de eso tenía de sobra con Santiago Bernabéu.

—¿Hacia dónde va el Madrid?

—A seguir comprando jugadores por cientos de millones para incrementar su deuda hasta que le digan a los socios: “Ya no nos deja la Unión Europea endeudarnos más, esto tiene que ser una Sociedad Anónima que vamos a comprar mis amigos y yo”.

—Pero el discurso de Florentino es otro, quiere que el club siga siendo de sus socios...

—También dijo que no entraría a trabajar al Real Madrid ningún familiar suyo y resulta que en la Fundación lo que no hay es ninguna persona trabajando que no sea familiar o amigo de él o de Manolo Redondo. Yo creo que las aguas empiezan a agitarse en las partes altas del Bernabéu durante los partidos...