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ISLANDIA 0 - KAZAJISTÁN 0

Islandia será el país con menos habitantes en una Euro: 331.000

Tiene el mismo censo que Alicante. Empató ante Kazakistán y debutará en un gran torneo. Aquella gran generación Sub-21 de 2011 está ya en la élite.

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Islandia será el país con menos habitantes en una Euro: 331.000
EFE

Islandia ya es historia del fútbol europeo. El país de Bjork, de los creyentes en gnomos y elfos, la nación de los más bucólicos paisajes, llenos de volcanes, geiseres y piscinas termales naturales, el lugar con más lectores y libros del Viejo Continente, el estado que no tiene ejército ni apenas registra homicidios, pero sobre todo la nación de los 331.000 habitantes, la octava que menos en Europa, jugará la Eurocopa. Será el primer gran torneo para la seductora isla escandinava, después de empatar ante Kazajistán en un partido que pasará a los anales del fútbol islandés y europeo por lo que supone, más que por su vistosidad.

Nunca antes un país con tan poca gente se codeó con la élite como lo hará Islandia el próximo verano. Sus 331.000 habitantes, los mismos que tiene Alicante, disfrutarán con una selección que ya había estado cerca del último Mundial –cayó en la repesca ante Croacia- y que sucede a Letonia, de 1.979.000 habitantes, como la menos poblada en estar en el máximo torneo por selecciones de Europa. Los letones estuvieron en Portugal 2004.

El milagro islandés se empezó a gestar cuando esta misma generación llegó también a la Eurocopa jugando como Sub-21. Los Gislason, Gunnarson, Bjarnason, Gudmundsson, Sigurdsson, Sigthorsson o Finnbogason estuvieron allí y se mantienen aquí. El salto a la absoluta y el grado de madurez perfecto de este grupo han supuesto una fase de clasificación brillantísima, coronada con un resultado ante Kazajistán suficiente para estar por primera vez en una fase final.

Islandia hizo todo lo que sabe. Puso al lateral zurdo Skulason permanentemente en ataque, dejó fluir el fútbol por las botas de Sigurdsson, se apoyó en los saques de banda al área de su capitán Gunnarson, abrió el campo por la derecha con Gudmunsson y buscó la cabeza de su delantero y referencia Sigthorsson. La derrota previa de Holanda en Turquía le clasificaba con un empate, algo que no peligró en ningún momento. Kazajistán sólo se asomó tímidamente en algún contragolpe y si alguno pudo marcar, sobre todo con el asedio antes del descanso, fue Islandia.

La situación tampoco invitaba a arriesgar más de la cuenta, sobre todo cuando llegaron los nervios finales por lo mucho que suponía el empate, y el miedo a encajar un gol fatal sobrevoló el estadio. Por fortuna, el pitido final originó una fiesta que finalmente se produjo, bajo la lluvia de Reikiavik, ante la alegría de los islandeses, pocos pero enfervorizados, al ver que su selección estará por primera vez entre las mejores de Europa. Un cuento más para Islandia, sólo que esta vez real.