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ESPANYOL

La dirección deportiva tiene unos 200.000 informes de futbolistas

Ángel Gómez es la mano derecha de Perarnau. Analizan más de 1.700 partidos cada temporada con tal de “minimizar el error o el riesgo”.

Actualizado a
Ángel Gómez.
FERNANDO ZUERAS

Busque un futbolista de la selección Sub-20 de Cuba —por poner un ejemplo real— y digáselo a un miembro de la secretaría técnica del Espanyol. Es probable que, de memoria, le aporte ya cuatro o cinco detalles de su juego. Pero en caso de duda, lo introducirá en su base de datos y allí le aparecerán uno o varios informes detallados de sus partidos. Si ha jugado un encuentro excepcional, lo valorarán con la letra A, al margen de resumir en tres o cuatro líneas sus virtudes y defectos. Si, en cambio, ha hecho un buen partido pero sin marcar diferencias, le corresponderá la nota B... Y así hasta llegar a la E, sinónimo de partido horrible, de aquellos en que lo mejor hubiera sido quedarse en casa.

En el laboratorio de Óscar Perarnau reina el silencio y apremia el trabajo. “Buscamos el talento”, reza en la entrada del Área Deportiva. El equipo lo forman principalmente ocho personas. Adrià, Igor y Ángel están contratados a tiempo completo, como Kiko, que se encarga de los vídeos, mientras que David y Felipe trabajan a tiempo parcial y Raúl y Sergio son colaboradores que se responsabilizan de la parte norte y sur de España. A todos ellos les unen dos aspectos: su locura por el fútbol y su humildad, ya que provienen del fútbol más modesto. Ángel Gómez es la mano derecha de Perarnau. “La clave está en los protocolos que hemos creado. Nos hemos juntado un grupo de profesionales a los que nos gusta el fútbol. Todo el día vemos partidos y pensamos las 24 horas en ello. No pretendemos ser más listos que nadie, pero queremos minimizar el error. Analizamos al jugador en vivo y en vídeo, nos interesamos por su situación personal y familiar, intentamos profundizar lo máximo para cuando nos lo pida el director deportivo poder aportar la información más precisa posible. No analizamos solo lo que se ve, sino también su entorno. Y todo esto basándonos en los criterios del Espanyol”, desmenuza.

Análisis. Si hay una palabra que repite Gómez es “minimizar el riesgo o el error”, como si el fútbol se hubiese convertido en una ciencia casi exacta. Ese es su objetivo, recopilar información y controlar todo del futbolista hasta llegar a un punto en el que sea muy dificil que se produzcan situaciones imprevisibles. “Al día vemos unos dos partidos cada uno. Tardamos a veces más tiempo en hacer los informes. Al mes analizamos unos 50 partidos por persona y en un año unos 1.700 en total. Llevamos desde 2011 realizando este trabajo”.

Eso les ha ayudado a detectar jugadores de talento antes de que saltasen a la fama, aunque, obviamente, se encontraron en su día con la barrera económica. “Estamos en la línea de adelantarnos a otros equipos. Tenemos desde 2011 un listado con talentos que se van actualizando. Vemos que hay algunos de ellos que ya son cracks. Teníamos a Óscar, James, Zapata… Y más. Son jugadores que estaban controlados pero no vinieron por muchos factores”. En total, la base de datos de la secretaría técnica del Espanyol tiene un valor y una dimensión incalculable, aunque se podría precisar que hay al menos 200.000 informes de jugadores de todos los rincones del mundo que en algún momento de su vida han sido vistos por un ojeador del Espanyol. Cada posición del campo tiene una serie de criterios para establecer diferentes perfiles de jugador. “Hemos detallado cuatro o cinco parámetros por posición. Por ejemplo, un lateral derecho: si tiene recorrido o no, si es defensivo u ofensivo, si centra bien o no… Hicimos una división para determinar el tipo de jugador y poder responder rápidamente a lo que pide el técnico”. 

La dirección deportiva trabaja de forma diferente en función de la época del año en que se encuentre. Gómez destaca cuatro procesos. “De septiembre a diciembre seguimos más de 60 campeonatos a nivel mundial. En diciembre hacemos otro proceso, intentamos escoger a los jugadores que más hemos destacado y vemos las necesidades que tiene el equipo. Viajamos para verlos en casa y fuera, y hacerles un seguimiento más específico. Después del mercado de invierno, preparamos el del verano. Elaboramos listas semanales de todos los jugadores destacados. Mi función es hacer el filtro. Que los jugadores destacados se adapten económicamente al Espanyol y si realmente pueden responder a una necesidad del equipo”. Y pone el caso del curso pasado con David López y José Cañas. “Cañas es un ejemplo. David López se fue un sábado. Teníamos controlados tres o cuatro jugadores que sabíamos que al día siguiente podían estar aquí. En 24 horas, el andaluz fue jugador perico. Ese es el ejemplo. SI no tuviéramos nada analizado previamente, no podríamos haber fichado”.

Lo mismo puede ocurrir esta temporada con dos pilares de la plantilla: Héctor Moreno y Sergio García. Por su nivel de juego y su importancia en el equipo, no será fácil encontrar jugadores que les puedan sustituir con un rendimiento similar en caso de que finalmente salgan traspasados. “Es difícil porque Sergio aporta en el campo y fuera de él. Es fundamental, pero nuestra obligación es estar preparados. Ojalá no suceda pero si sucede lo estaremos. Tenemos controladas variantes para cada posición. Y con Moreno igual. No es lo mismo suplir a Sergio que a otro, pero intentamos minimizar el riesgo de error”, añade.

Al margen de analizar a los jugadores, la secretaría técnica también se encarga de contestar todos los ofrecimientos de representantes e intermediarios. Gómez reconoce que cada día se producen entre 20 o 30 llamadas e, incluso, llega a ser agobiante. “Trabajamos siempre vía email y que haya condiciones económicas para saber si puede haber opciones o no. El horario de América es otro y te llaman a veces a cualquier hora. Hay que limitarlo un poco, aunque cualquier llamada puede ser importante. Una de las premisas de Óscar es que diéramos respuesta a todo el mundo”, reflexionó, dejando claro que este negocio ha cambiado mucho desde que él empezó: “Empecé en 2003. El fútbol no ha parado de crecer. El entorno es cada vez más grande y ahora tenemos más recursos para ver partidos. Podemos ver fútbol de cualquier parte. La competencia es elevada. El grupo de trabajo debe ser discreto y muy vocacional. Antes era imposible ver un partido de la Liga ecuatoriana, ahora no”, aunque reconoce que también el equipo de trabajo “es más responsable por la situación que atraviesa el club”.

¿Qué harían ustedes con dinero? “Eso me pregunto yo a veces, pero la realidad es la que es. Nos gusta que la mayoría de jugadores que han venido han sido importantes y se han revalorizado. Los de la campaña pasada casi todos se han asentado en el equipo y han jugado con mucha asiduidad”.

Así trabaja la secretaría técnica de Perarnau, un laboratorio de conocimiento futbolístico, la única solución para poder fichar con escasos recursos económicos.