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ATHLETIC - BARCELONA

Dos caminos diferentes para un muy deseado viaje en gabarra

Ander Iturraspe dejó Lezama el año que Mikel Rico se fue a Cuenca. Este último se ha curtido en los inviernos de Cuenca, Huesca y Granada. Ahora los dos quieren la Copa.

Actualizado a
Iturraspe y Rico posan ante la gabarra, que no ha salido desde hace 31 años por la ría bilbaína.
Juan Flor

Persiguen el mismo sueño, pero han llegado a él por diferentes caminos. Mikel Rico (29 años) y Ander Iturraspe (26) nunca han jugado una final de Copa. Hace dos años, el primero peleaba por salvar al Granada y fue llegar al Athletic, su equipo, y abrírsele el cielo. Champions y la opción de sacar la gabarra, lo máximo. “Prefiero jugar una final de Copa que la Liga de Campeones”, proclamó el año pasado el Sansón rojiblanco.

Iturraspe, que se perdió por fiebre la del Calderón en 2011, era un diamante en bruto desde pequeño. Le captaron en alevines para Lezama. En 2003 le dio un pronto, entregó la ropa y se marchó a jugar con sus amigos al Abadiño. El impulso cadete duró un año. Kike Liñero, técnico de las inferiores que ahora se gana la vida en Corea del Sur, le convenció para volver.

Por entonces, Rico se la había jugado alistándose en el filial del Conquense. Se fue curtiendo en Poli Ejido y Huesca antes de saltar al Granada. Su color de piel, negro zahíno, lo dice todo. Ganó el reto al frío. “¿Cómo entrenas en manga corta en Lezama?”, le pregunté un día de invierno en que el viento se metía en las entrañas. “¿Frío? No sabes lo que es Cuenca, Huesca y Granada”, contestó.

Su llegada a Lezama fue una alegría familiar. Su padre y su tío se apostaban en las gradas para verle entrenar. Se llevó un susto de muerte en plena sesión por un infarto del segundo. El cuerpo médico le reanimó. El Athletic no ha hecho más que darle alegrías: está ya cerca de los cien partidos y se ha destapado como medio goleador. Lleva diez.

Los Iturraspe son una familia de fútbol. Sus padres ya visitaron a Ander en la pretemporada de Isla Canela mientras su hermano, Gorka, hacía toques en la playa. El pequeño está ahora en el filial, ofreciendo pinceladas de enorme talento. No fue fácil para él hacer cumbre en Lezama. Era señalado como un gran talento, pero se le achacaba que se dispersaba en los partidos. “Es un empanado con unas cualidades de estrella”, comentaban de un tipo que ahora reflexiona hasta por demás. Caparrós apostó por él a medias. Hasta que llegó Bielsa, que retrasó a Javi Martínez al puesto de central y le dio las llaves del Porsche que se lució en Manchester.

Ander sabe que la vida es un tobogán permanente y tras ser internacional con Valverde y el jefe del equipo el año pasado, ha perdido el puesto en favor de San José, otro al que se veía pusilánime y ahora es un tigre. Jugaron juntos en el Francia-España de comienzos de la temporada. Íntimo amigo de Llorente, tiene claro que su objetivo es otro, Athletic y más Athletic. De ahí que haya renovado hasta 2019. Y a Rico, con el que sintoniza de fábula, ya no hay quien le saque de Bilbao. Son muy felices.