El gol de penalti Fran Rico no evita que el Granada sea colista

El Granada no perdió esta vez. Estuvo a punto, pero se encontró con un rival al que también le faltó fútbol y ambición y salvó un punto que no le saca del pozo. El equipo de Caparrós ya es colista y sigue emitiendo alarmantes señales de descomposición. El futuro del utrerano sigue en el aire. La Real Sociedad, con mucho más corazón que fútbol, suma y sigue.

Se le complica todo con suma facilidad a este Granada timorato e inofensivo en que se han convertido los de Caparrós. Un agarroncito de Babin a Canales puso a los rojiblancos, una jornada más, contra las cuerdas. Vela transformó el penalti con una templanza exquisita y las miradas en Los Cármenes viraron hacia el banquillo. Caparrós cambió el sistema y dio los galones a Lass. Pero su equipo no mejora. El joven extremo guineano fue de lo poco potable de un Granada que sólo es capaz de generar llegadas y remates a través de la estrategia.

El mejor argumento de la Real fue la paciencia. Aguardó su momento y encontró oro en la inocente acción de Babin sobre Canales. Oier ya había evitado el 0-1 anteriormente con una gran parada a un cabezazo de Íñigo Martínez. Con el gol, los de Moyes, que se sienten muy cómodos con espacios, se olvidaron de atacar. La llegada del británico ha multiplicado la intensidad y agresividad sin balón de los txuri-urdin. Pero en ataque se le acumulan los deberes al técnico realista.

El Granada, sin ideas, se agarró al coraje de Nyom tras el descanso. Un zapatazo lejano del camerunés que se estrelló en el poste fue el único susto que se llevó Rulli hasta la jugada del penalti que provocó el propio Nyom y que valió el empate. La Real pagó su conformismo ante un Granada incapaz y al que se le olvidó ganar hace ya demasiadas semanas.