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BARCELONA

El Barça se descompone

Del palco al banquillo, pasando por el campo, la entidad se degrada. Los problemas se acumulan en Can Barça, además del tema deportivo.

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El Barça se descompone
AStv

El equipo no cree en el técnico. Entre Luis Enrique y los jugadores media un abismo. Ideológico, táctico y, por encima de todo comunicativo. Hay jugadores que ya empiezan a reconocer en privado que “Luis Enrique es el peor entrenador que he tenido en mi vida”. Lo adelantó ayer el portal ‘Voz Pópuli’ y es una declaración que va a misa. Y no parte precisamente de un jugador canterano inexperto que haya tenido pocos entrenadores. Lo dice un internacional que ha jugado en varios países. Ante los micrófonos, de momento, los pesos pesados le defienden, pero en privado reconocen que nadie sabe a qué se juega. Ni los nuevos ni los más veteranos entienden nada de nada respecto a convocatorias, alineaciones ni planteamientos. La comunicación vestuario y la legión de ayudantes de Luis Enrique es nula.

Un presidente en falso. Josep Maria Bartomeu es un presidente absolutamente legitimado por los estatutos del club, pero al que no le ha votado nadie. Aún así, Bartomeu se niega a adelantar las elecciones porque tiene ante sí dos temporadas de mandato en las que quiere gestionar los grandes contratos del club: el de televisión, el de Nike y el de Qatar además de iniciar las gestiones para la remodelación del Camp Nou por valor de 600 millones de euros. Su estabilidad depende de la pelota. Y parece que la pelota no entra.

Ambiente preelectoral. Una cosa es que Bartomeu no quiera convocar elecciones y otra muy diferente que no tenga previsto que la presión social sea tan insoportable que le obligue a ir a un adelanto electoral. De hecho, sus últimos movimientos han ido en este sentido. A pesar de ser un presidente legítimo pero no votado, Bartomeu ha prescindido desde que asumió la poltrona del presidente a la fuga (Rosell) del director general, del director de seguridad, del director deportivo y ha cambiado la jerarquía del departamento de comunicación. Todo ello para rodearse de sus fieles. En pura clave electoral.

Club judicializado. El presidente a la fuga (Rosell) desafió un lunes al juez para que le citara por el caso Neymar y el jueves dimitía. Actualmente sigue imputado por irregularidades fiscales en el caso. No es esta la única tragedia judicial que ha sacudido a la entidad en los últimos meses. El Barça ha perdido más casos que el fiscal que se enfrentaba a Perry Mason en la tele. El de la Acción de Responsabilidad, el de Luis Suárez y el del TAS son los más significativos. Este mismo mes, por si fuera poco, empieza a verse la vista por la demanda de MCM contra el Barça al que demanda por incumplimiento de contrato en la explotación de la fachada de La Masia. Piden 100 millones.

Laporta acecha. A todo esto, sin haber expresado aún su intención de presentarse a la urnas, Laporta lidera todos los sondeos electorales por una amplia mayoría. Su amenaza pone muy nerviosos a los directivos actuales, que empiezan a moverle la silla a Bartomeu porque no consideran que el presidente actual sea rival para el ex presidente en unos comicios. En este sentido, Javier Faus y Carles Vilarrubí se postulan por un lado y Jordi Cardoner por el otro.

Sin tensión. Banquillo de Anoeta. La Real se adelanta 1-0 y Neymar, irónico, le dice a Messi: “Calienta”. Al rato, Messi se descalza y Neymar sigue con la gracia, indicando al argentino que se ponga las botas y que comience a correr ya. Messi reaccionó sonriendo.

Fichajes fallidos e idea de juego. Ningún club acertó siempre con los fichajes y el Barça de las mejores épocas tampoco fue una excepción. Pero más allá de los jugadores, se tenía clara la idea de como se quería jugar más allá de quien ocupara las posiciones en el campo. Actualmente, cualquier parecido con una idea de juego es un caos absoluto.

La cantera. El desplome deportivo del Barcelona no afecta únicamente al primer equipo. El Barcelona B anda también en sus horas más bajas y lo mismo pasa con diversos equipos del fútbol base. Eusebio, técnico del Barcelona B, es un hombre tan cuestionado como lo es Luis Enrique, pero con mejores modales.

El túnel del tiempo. El Barcelona se encuentra en una situación muy parecida a la de hace 11 años cuando Gaspart afrontaba el que tenía que iba a ser su último año de mandato. La institución está perdida en lo deportivo, rota socialmente, divida en la dirección y con la masa social deseando un cambio. No se adivina otra salida más allá que una convocatoria electoral.