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GETAFE 1 - RAYO 2

Un ambicioso Rayo amarga la despedida de Cosmin Contra

Álvaro Vázquez adelantó muy pronto a los locales con un golazo de falta, pero el Rayo demostro hambre y remontó con goles de Jozabed y Baena.

Actualizado a
Un ambicioso Rayo amarga la despedida de Cosmin Contra

Continúa la conquista del Coliseum. El Rayo puso fin a su mala racha liguera en uno de los templos que mejor conoce y que más alegrías le ha dado, aunque el principio del guión ya le resultaba familiar. Una vez más volvió a encajar en los primeros compases del partido, pero esta vez sí tuvo un final feliz. Los visitantes remontaron un partido que tuvo en todo momento su sello. Jozabed y Baena contrarrestaron el susto inicial.

El Getafe asestó el primer golpe a los tres minutos, sin apenas dejar tiempo al Rayo de desperezarse. Obviando esos primeros instantes destinados a tantearse, a olerse, a reconocerse como cortesía. Fue Álvaro Vázquez quien adelantó a los azulones de una falta directa. Un gol por la escuadra en el que Toño, de regreso a la meta franjirroja tras su ‘castigo’, poco pudo hacer. No fue el único regreso al once del Rayo, Paco también tiró de Abdoulaye para el eje de una defensa, de nuevo, de tres. En el minuto 15 se mascó la igualada, cuando un remate de Leo Baptistao, a pase de Álex Moreno desde la banda izquierda, se marchó por encima de la portería. Diego Castro contestó desde la derecha. El intercambio de golpes se sucedía: Álex Moreno y Álvaro eran los más activos y peligrosos. Precisamente en el 20’, los visitantes repetían la jugada (centro de Moreno a Baptistao) con el mismo resultado (se fue alto el esférico). Mientras tanto, los locales pidieron mano de un defensa vallecano. Paralelamente, Trashorras y Sammir tuvieron tímidas ocasiones que ambos cancerberos atajaron sin mayores apuros.

El Rayo reaccionaba y las nuevas piezas de Paco se iban ensamblando. Jozabed se sumaba a Baena y Trashorras, aportando su creatividad. Álex Moreno canalizaba el peligro por su carril con desparpajo, con Kakuta por la derecha. El engranaje de la máquina de Paco se iba engrasando al compás de la afición, unos 400 rayistas que se hicieron oír en el Coliseum. Alberto Bueno, correoso, trataba de colarse entre líneas buscando el error azulón. Sin embargo, el empate lo esculpió desde la frontal, fuera del área, Jozabed ya en el 38. Un jugador que poco a poco ha ido ganando minutos, peso en el equipo y mide en kilates la calidad que atesora. Ante el Getafe se ha estrenado como goleador en Primera (ya marcó en Copa vistiendo la elástica franjirroja), como colofón a una trayectoria que va in crescendo.

El descanso no le restó un ápice de sabor al partido. Más dominio del Rayo, con tímidas intentonas getafenses. Contra movió ficha y dio entrada a Pedro León y Juan Rodríguez buscando virar el rumbo. El primero obligó a Toño a sacar una mano en el 61 y el segundo se encontró con la zaga visitante. Ni un minuto después, fue el palo quien privó a Kakuta de adelantar al Rayo. Pero el francés iba a ser clave en la posterior jugada, en el siguiente acto, cuando ganó en el salto a Naldo, que le saca quince centímetros, y Baena remachó en el segundo palo. Primer tanto del pivote como rayista y premio merecido para un jugador cuya progresión ha sido manifiesta desde su llegada a Vallecas. Buenas noticias para el técnico visitante que veía cómo se van apuntando nuevos efectivos a la fiesta del gol y cómo, a falta de pólvora en la delantera, también los centrocampistas suman. Por su parte, Paco decidió apostar por Quini tras el 1-2 reestructurando su esquema inicial.

Aún quedaba tiempo y el Getafe no quería ser un convidado de piedra en su casa. Un cabezazo de Juan Rodríguez hizo que Toño firmase la parada del partido en el 70. Poco a poco se fue erigiendo en otro de los protagonistas al sacar con los pies un balón a Álvaro y atajar, previamente, una acción individual de Sarabia. Manucho era la última bala en la recámara mientras Contra espoleaba a sus chicos, ávidos de un empate, para despedir al míster e intentar romper la ‘maldición’ en casa frente al Rayo, su bestia negra. También Abdoulaye y Alexis lo intentaron, pero el Coliseum había dictado sentencia, alea iacta est. La suerte estaba echada y el pulgar se alzó arriba para despedir al Rayo. Victorioso una vez más.