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VALENCIA 0 - ATHLETIC 0

El orden del Athletic para al Valencia en un partido sin tiroteo

El equipo de Nuno dominó sin crear ocasiones demasiado claras y pudo perder si Diego Alves no para con la cara un remate a bocajarro de Etxeita en el minuto 86.

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El orden del Athletic para al Valencia en un partido sin tiroteo
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Valencia y Athletic dignificaron en Mestalla un empate a cero. Primeros dos puntos que se le escapan a los de Nuno en su feudo y punto de autoestima para los de Valverde tras el palo en Champions. Piatti y Etxeita desaprovecharon las mejores ocasiones de unos y otros y las defensas hicieron el resto. Pero aún sin goles el público se lo pasó bien, y eso también cuenta.

El Valencia más que rápido jugó con prisa y el Athletic más que con pausa, sin referente. Al menos hasta que apareció Beñat. Por ello se llegó al descanso como empezó la cosa. Por ello y porque Iraizoz puso firme su pie para repeler un disparo de Piatti en la mejor ocasión de unos y otros. Quiso y llevó el Valencia el peso del partido. A los de Nuno se les veía más vivos, principalmente cuando hacían acto de aparición André Gomes o Feghouli. A Paco Alcácer solo se le sentía cuando presionaba, que todo sea dicho lo hacía como si le fuera la vida en ello, y Rodrigo limitó sus labores a ofrecerse para oxigenar. Pero en su hábitat de ambos, en el área, poco o nada. Etxeita y Laporte nunca perdieron el sitio.

Al Athletic le faltaba un referente. Un Aduriz, para entendernos. A los de Valverde se les hacía de noche cuando se acercaban más allá de 30 metros de Diego Alves, que durante muchos minutos fue un espectador más. Pero algo cambió cuando Beñat entró en escena por Guillermo, que se marchó en el 38’ tocándose el muslo. El Txingurri recompuso filas. Viguera en punta, Unai a una banda y Beñat de engancha. Con ello el Athletic logró mermar la superioridad que el Valencia había demostrado en la medular y el partido tomó otro rumbo. Más abierto, más imprevisible su desenlace.

El Valencia se encontraba con una experiencia no vivida hasta la fecha. Es decir, sin tener el partido encarrilado por su pegada. Nuno entendió que era el día de darle el gusto a la grada y poner toda la carne en el asador. Negredo al campo y junto a él Alcácer y Rodrigo. Pero no por acumular más gente arriba uno llega más ni mejor. Y eso le pasó a los blanquinegros, que sin Piatti y Feghouli pisaron menos el área.

Y para cuando Carles Gil salió para nutrir al tridente, el Athletic ya se había desmelenado. Valverde contrarrestó el efecto Negredo dando entrada a Kike Sola. El Txingurri quiso con ello mandar un mensaje a los suyos. Nada de encerrarse atrás. Y éstos lo captaron. Entre idas y venidas y peleas por cada balón (con la colaboración del césped para que el balón fuera un saltimbanqui), el Athletic se sintió más cómodo en el descontrol en el que entró el partido fruto del cansancio y fue el que más cerca estuvo en los últimos minutos de llevarse la victoria. Sobre todo en un remate de Etxeita en el área pequeña que sacó Diego Alves con la cara. En definitiva, lo comido por lo servido. Justo empate.

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