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RIJEKA 2- SEVILLA 2

Mbia se pone otra vez en Rijeka el disfraz de héroe del Sevilla

Un gol del camerunés en el 90' con los de Emery con diez le da un punto al campeón. Aspas adelantó al Sevilla, remontó el Rijeka y fue expulsado Kolo. Al final, el 2-2.

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Mbia se pone otra vez en Rijeka el disfraz de héroe del Sevilla
Atlas

Otra vez el carismático y difícil Stephane Mbia, el camerunés que marcó el gol salvador de Valencia y abrió el camino a Turín, el que llamó una y otra vez al despacho de Monchi este verano porque no quería moverse de Nervión, sacó al campeón de un buen aprieto en Croacia. El Sevilla se durmió con 0-1 y estuvo a punto de tirar un partido que le hubiera dejado en mal lugar después del 4-0 del Calderón. Al final salvó los muebles por el oportunismo del camerunés, siempre con ese don, la intuición, que le invita a pisar el lugar adecuado del área.

Su gol con la pierna izquierda, un chispazo, permitió al Sevilla mantener el liderato de grupo y silenció Kantrida, que durante casi cuarenta minutos había sido un horno. Los 13.000 hinchas del singular estadio, metido entre medias de una roca y el mar, hirvieron cuando, en el minuto 52, Kolodziejczak, lateral-central que llegó del Niza sobre la hora para tapar el vacío de Fazio, se abalanzó sobre Kramaric, buen delantero en el área. El danés Hansen pitó penalti, expulsó al francés de origen polaco y volteó un partido feote pero tranquilo hasta ese momento para el campeón. El 1-1, convertido por el sorprendente Kramaric, que lleva 14 goles en once partidos entre las dos competiciones, cayó como una losa en el Sevilla, que no estaba preparado para contrariedades en Croacia. Si lo que pretendía era una tregua después del naufragio en el Calderón, casi se encuentra un incendio.

El Sevilla, finalmente salvado por Mbia, pudo pensar un momento que podía encontrar en Rijeka un triunfo burócrata. Sin hacer nada del otro mundo en la primera parte, más bien poco, se fue al descanso 0-1 gracias a una maniobra primorosa de Iago Aspas. El gallego aprovechó un mal despeje de Tornevak, se acomodó la pelota con la derecha y ejecutó con la izquierda. Un gol que recordó a sus mejores días en el Celta por el veneno del movimiento. Si algo distinto llamó siempre la atención del delantero fue su astucia en el juego. Algo de eso recuperó en Croacia.

Sin Vitolo ni Pareja, descartados, ni Tremoulinas, Mbia, Denis y Deulofeu en el once por precaución y vista en el Deportivo (domingo, 12:00 horas), el 0-1 y la candidez del Rijeka pareció suficiente para permitirseel resultad. Pero el Sevilla hizo demasiado poco. Apenas un par de acercamientos de Reyes y Coke al principio, unas pinceladas muy insuficientes de Banega, el gol..., y la desconexión. Vivió pendiente de un sobresalto hasta el penalti de Kolo, que no está todavía para grandes empresas, y se dejó llevar por la corriente. Ni los cambios de Emery tras el empate de Kramaric frenaron la sangría. El vigoroso Kvrzic hizo el 2-1 y por un momento se temió un resultado más sangrante. Hasta que, tal vez la fortuna, tal vez el "dicen que nunca se rinde", llegó Mbia y mandó parar.