Fiesta en el AVE del Atlético de Madrid a la vuelta de Sevilla

El Avant 02411 vivió en la noche del domingo una fiesta colchonera. La plantilla y los aficionados colchoneros que ocuparon los vagones en el regreso a Madrid vieron como el equipo salía líder provisional de Sevilla y se acostaba primero sin la coletilla de “virtual”. Líder con 70 puntos a falta de nueve jornadas y dependiendo de ellos para lo que sea, según el propio Simeone. La expedición colchonera abandonaba el Villamarín con una sonrisa. Iban a disfrutar con tranquilidad el clásico. Llegaron a Santa Justa con mucha antelación y ocuparon rápidamente el vagón 11. El tren salía a las 21:05 pero media hora antes ya estaban cenando en sus asientos para intentar después ver el partido sin otra distracción.

El clásico comenzó y se formaron corrillos alrededor de varios dispositivos Tablet, Ipad… Las emociones empezaron pronto y también los problemas técnicos. Al poco de partir el tren, Iniesta marcaba, pero la imagen y la cobertura se había ido. La radio sí pudo anunciar que el Barça se adelantaba y la alegría inundaba todo el tren, ya que además del vagón del equipo, el resto del convoy iba salpicado de seguidores. Los dos goles madridistas no restaban interés porque se sabía que el Barcelona estaba jugando un gran partido.

La cobertura seguía apareciendo y desapareciendo y a veces se echaba mano del twitter para conocer el resultado. El empate con la expulsión de Ramos desataba la euforia, que se desbordó con el cuarto tanto y el pitido final. Entonces apareció la música y la celebración. No se festejaba la derrota del Madrid si no el liderato, aunque se hacía bajo la mirada tranquilizadora del Cholo y el cuerpo técnico. Partido a partido, ya saben. Pese a todo los jugadores demostraban su alegría, Arda, en particular era uno de los más risueños. Lo mejor aún estaba por llegar. Los aficionados tras el pitido final venían haciando cuantas del calendario de cada equipo. “Aquí puede pinchar éste” o “al Madrid le queda el Sevilla y la Real”. La llegada a Atocha fue triunfal. Los aficionados buscaban su autógrafo y el saludo a los líderes. Sobre las dársenas había incluso algún seguidor esperando que se había desplazado hasta la estación para celebrarlo.