Demasiado Sevilla para muy poco Almería

El Sevilla demostró en Almería que sin Rakitic sigue siendo un equipo igual de temible. La sociedad Bacca-Gameiro funcionó a la perfección gracias a la colaboración de un Reyes que tuvo una de esas tardes toreras. Todo fueron noticias positivas, ya que hasta Rakitic pudo descansar. En el bando contrario, la historia fue muy diferente. El Almería fue maniatado tanto por el Sevilla como por la presión de saber que arrancaba el domingo en unos puestos de descenso en los que dormirá hasta la semana que viene. Los de Francisco no estuvieron para nada.

Y eso que el partido comenzó con una sucesión de pelotazos entre las defensas. El tanteo duró 20 minutos, el tiempo que necesitaron Iborra y Cristóforo, a un gran nivel, para dar un paso al frente, adelantar la presión, comerse el centro del campo del Almería y que Reyes, Gameiro y Bacca empezaran a asociarse. Tras un par de de acercamientos, Reyes encontró a Gameiro, el francés dio un taconazo y Bacca resolvió ante Esteban. La sociedad funcionaba. Y el Almería ni se enteraba.

Hasta el descanso pudo el Sevilla aumentar su renta, pero hubo que esperar al inicio de la segunda mitad para que un córner sacado por Reyes fuera rematado a la red por Carriço. Otra vez el balón parado daba sus frutos. Ante esto Francisco quiso revolucionar el partido dando entrada a Corona, Barbosa y Zongo, pero el Sevilla, lejos de descomponerse por no estar habituado a jugar con dos puntas, se encontró más a gusto incluso.

El plan le funcionaba a Emery, que hasta se dio el gusto de regalarle unos minutos a Rakitic para que el croata sumara otra asistencia más a su cuenta de la temporada. Fue con un pase de la muerta a Gameiro, que definió con el exteror tras una segunda parte en la que los defensas del Almería corrían tras él con la lengua fuera sin poder alcanzarlo. El partido sólo se sobresaltó con la internada de Dubarbier que acabó con el gol del honor local, obra de Aleix Vidal.

Inyección de convencimiento para el Sevilla de cara al derbi europeo y de realidad para un Almería, que debe volver a ponerse el traje de faena y achicar agua de un barco que el Sevilla dejó ayer muy tocado.