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BETIS 0 - ALMERÍA 1

Azeez y Esteban dejan al Betis al borde del abismo

Gol del mediocentro y gran actuación del meta asturiano. El Almería sale de los puestos de descenso y los verdiblancos, más colistas.

SevillaActualizado a
Azeez y Esteban dejan al Betis al borde del abismo
AGENCIA_DESCONOCIDA

Un gol tempranero de Azeez y una magnífica actuación de Esteban le dieron la victoria y un magnífico regalo navideño al Almería, que sale de puestos de descenso a costa de un Betis aún más colista, más hundido, más carne de Segunda División.

Los verdiblancos encaraban el partido como una final y como un final se ve la derrota para muchos aficionados verdiblancos, que temen que ésta haya sido la última oportunidad real de salir a los puestos cercanos a la salvación, de la que el equipo de Garrido (10 puntos en 17 jornadas) se puede descolgar esta jornada.

Las urgencias y la debilidad defensiva de ambos equipos quedaron expuestas desde el inicio de un partido loco. Sin llegar al minuto se produjo la primera llegada almeriense, una buena triangulación con un remate flojo de Verza. En el dos, Juan Carlos centraba y Rubén remataba a gol, en fuera de juego. Pasado el tres, Azeez pegaba un pelotazo que, desviado por Paulao, se envenenó hasta superar a Sara (0-1, 3').

Sorprendió Garrido con una alineación casi experimental, con Dídac, que parecía ya fuera del equipo, de lateral izquierdo y con un centro del campo en el que se echaba de menos al hombre que más ha brillado durante estos tiempos de oscuridad verdiblanca, Nono. Sin Verdú, al que la grada ya tiene en el punto de mira, ni Nacho, el capitán.

Francisco, ausente de la banda por sanción, también modeló un Almería más defensivo, con tres centrocampistas de contención para sostener las acometidas locales.

El Betis llegaba con tanta asiduidad como con poco remate, todavía se le nota a Rubén Castro, falto de chispa, los meses de ausencia. Molina estaba a punto de rematar varios centros de Juan Carlos (en uno de ellos conectó, pero alto) y el propio Juankar la mandaba al palo.

Matilla y Vadillo lo intentaban desde fuera de área mientras el Almería, agazapado, tiraba dos contras peligrosas a las que les faltó un buen remate o un mejor pase de Óscar Díaz. Los verdiblancos terminaron la primera parte en el área almeriense, pero su falta de pólvora provocaría que no se moviera el marcador.

Vadillo le puso esperanzas y luego más desesperación al inicio de la segunda mitad, con dos disparos peligrosos y una lesión muscular que lo retiró del campo. Juanfran, su sustituto, creó una ocasión nada más salir, pero Molina, en inmejorable posición, chutó débil y centrado. Esteban ya sumaba media docena de intervenciones de mérito, y llegarían algunas más.

Sin Vadillo y con menos oxígeno, el Betis dejó de dominar. Asustaban los verdiblancos más esporádicamente, pero también se estiraba el Almería. Rubén apareció por fin con un remate peligroso al que respondió bien de nuevo Esteban, salvador segundos después otra vez, en un cabezazo de Molina.

Era un milagro, una desgracia para el Betis, que los locales no marcaran y casi también lo fue que no lo hiciera el Almería en una contra de dos contra uno que Óscar Díaz, sin portero, chutó a las nubes.

Desalmado y desarmado, sin oxígeno, los verdiblancos perdieron por completo el sitio y las ocasiones durante los últimos 10 minutos, aunque Garrido intentara refrescar a su equipo con dos centrocampistas (Salva y Nono) y dejara a su único delantero de la lista, Chuli, en el banquillo. Suso, aire almeriense, mereció con varias jugadas el 0-2, pero el marcador tampoco se movió.

En una representación de la tragedia, los futbolistas béticos permanecieron sobre el terreno de juego hasta dos minutos después del pitido de Martínez Munuera, para aplaudir y luego aguantar los pitidos de los aficionados. Los merecen, sin duda, por la temporada a la que los están condenando.