La Junta directiva afronta ahora el reto del futuro Camp Nou

No fue uno de los puntos de su programa electoral de 2010, pero conforme pasaron los años, para el presidente Sandro Rosell, el futuro del Camp Nou ha pasado a ser una prioridad. Reformados y votados los estatutos por los socios (a través de la asamblea de socios celebrada el pasado día 5), la Junta directiva del club comienzan a dedicarle más tiempo al futuro del estadio. Levantado entre 1954 y 1957, fue inaugurado el 24 de septiembre de ese año. Desde entonces se realizaron varias reformas (la más importante para la disputa del Mundial 82), por lo que ahora, cree Rosell, que sería el mejor momento para decidir qué hacer con el recinto: dejarlo como está, reformarlo o construir uno nuevo.

Para ello, durante el primer trimestre de 2014, la Junta convocará a los socios para celebrar un referéndum en el que deberá decidirse qué hacer. Construir un recinto nuevo en la zona universitaria de la Diagonal (nunca en el espacio actual, como San Mamés, por problemas de urbanismo), conllevaría al Barça unos 40 millones de euros de beneficio por temporada, aprovechando las zonas comerciales, las zonas de aparcamiento y los palcos VIP; reformar el actual sería complejo, debido a que las obras implicarían serios problemas a los socios, mientras que los ingresos pasarían a ser de unos 20 millones, siempre según explicó Javier Faus, vicepresidente económico.

Siempre según el equipo de Rosell, dejar el Camp Nou como está ahora haría que las intenciones del club de explotar el recinto lo alejasen de los grandes de Europa, que pueden sacar rendimientos a sus nuevas infraestructuras.