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MÁLAGA 0 - OSASUNA 1

Osasuna pilla despistado a un Málaga incómodo en su patatal

El catalán marcó el único tanto del encuentro. Osasuna por fin puntua fuera de casa y el Málaga cierra su racha de cinco jornadas sin perder.

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Osasuna se llevó los tres puntos con todo el merecimiento del mundo, independientemente del que Gil Manzano debió pitar penalti en el tiempo añadido por una clara mano de Oier, dentro del área que no observó. Pero el empate hubiera sido injusto porque los rojillos fueron mejores que un Málaga dormido en la primera parte y sin ideas en la segunda.

El primer tiempo fue un monólogo pamplonés, más concentrado que un Málaga confiado, prepotente y desastroso, sobre todo en el centro de la defensa (muy mal Sergio Sánchez). Willy Caballero hizo un soberbio paradón a Oriol Riera (minuto uno). Un aviso de lo que le esperaba al escuadrón de Schuster. En el minuto 23, el argentino, que había hecho un blocaje imposible, de nuevo a Riera. se quedó vendido. Sin centrales que le apoyasen el que fuera compañero de cuarto de Messi cuando ambos empezaban en La Masía (y que fue desestimado hasta en dos ocasiones por los fichadores malaguistas) le fusiló en pleno festival navarro y desconcierto de un Málaga incapaz de contener la bravura de los Sisi, De las Cuevas, Bertrán o el mencionado Riera. Los rojillos arrasaban en medio del asombro de una Rosaleda que, puesta a justificar lo injustificable, echaba pestes a propósito del horrendo estado del césped. De nuevo el señor Caballero impidió el 0-2 a Marc Bertrán, un lateral que jugaba a placer. Osasuna mangoneaba a sus anchas y el Málaga necesitaba ideas nuevas

Schuster sacó a Pawlowki y El Handaoui por los desaparecidos Pedro Morales y Duda. Aunque los blanquiazules ganaron en profundidad, Osasuna no pasaba apuros y trataba de frenar el ritmo del partido.

Osasuna tenía el partido en su terreno. El Málaga, incapaz de encontrar respuestas a sus preguntas, sólo tenía el camino de la épica. Imposible. El error final del buen colegiado Gil Manzano por no pitar el penalti por mano de Oier no es excusa. Osasuna se lleva con toda la justicia del mundo los tres puntos de una Rosaleda con un césped impropio de un equipo de Primera.