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SEVILLA 1 - ATLÉTICO 3

Diego Costa Superstar

El delantero brasileño marcó los dos primeros goles del Atlético. Perotti empató con un golazo y Cebolla cerró el partido con una gran acción individual.

Actualizado a
Diego Costa Superstar
José Manuel VidalEFE

Diego Costa, qué futbolista. Y si alguien lo sabe, si un equipo lo ha sufrido, es el Sevilla. El buen Sevilla que anoche sucumbió ante un Atlético que compite como pocos y, a falta de Falcao, tiene otro delantero mayúsculo. Uno que le tumbó con dos goles y al que no se le atisba aún techo. Diego Costa, un tornado en expansión. El Atleti, bendito Simeone, salió como si el verano no hubiera existido. Decían en Sospechosos habituales que el mejor truco que el diablo inventó fue convencer al mundo de que no existía. Bien, pues el mejor truco que el Cholo inventó fue convencer a su plantilla de que sus tormentosas pretemporadas no existen. Sin Falcao, pero con Villa luciendo forma física y Diego Costa exhibiendo liderazgo. De sobra para saltar a Nervión con ese aplomo de grande que ha recuperado para su causa. En otro campo le habría bastado para encarrilar la cosa antes del descanso. No aquí.

Sevilla Fútbol Club, SAD
Club Atlético de Madrid, SAD

Porque Emery ha tenido tiempo para lucir esa magnífica capacitación que a veces se empeña en ocultar bajo su exceso gestual. Le quitaron a Negredo y Navas y salió anoche con cinco titulares recién llegados (Pareja, Iborra, Vitolo, Marin y Bacca). No se notó. El Sevilla entró al cuerpo a cuerpo con el Atleti y no retrocedió un centímetro. Puño va, puño viene. Atacó primero el Sevilla. Marin, llamado a ser capitán general en este equipo, se lío en la frontal; Mario Suárez evitó un remate de Alberto, y Bacca cabeceó al larguero. Una sucesión de golpes que haría tambalearse a cualquiera con la mandíbula frágil. No a este Atleti, que reaccionó con una gran jugada de Juanfran y Diego Costa que acabó en los pies de Villa. El Guaje, al que el Atleti ha afilado durante el verano y se le nota, la pegó como siempre: como los ángeles. Beto voló y desvió al poste.

Tras los avisos llegaron los hechos. A los 35 minutos, Koke sacó un córner, peinó Miranda y remachó Diego Costa, que llevaba toda la noche avisando. En un campo donde causó estragos la pasada temporada, el brasileño mantuvo el nivel. El nivelazo, disculpen. Pero reaccionó el Sevilla con grandeza. Dos minutos tardó Perotti en empatar con un gran disparo lejano, efecto traidor para superar la envergadura de Courtois. Y aún pudo llegar el 1-2 en otra arrancada de bisonte de Costa, que cedió a Gabi para que Alberto apareciera salvador. El descanso fue un respiro necesario.

La segunda parte no bajó el nivel, con una intensidad impropia para esas horas salvo que uno esté en un bar. Kondogbia, sorprendente suplente, entró para retomar viejas cuitas con Diego Costa y Marin siguió creciendo hasta suministrar a Vitolo un pase de gol que fue interruptus por el remate fuera del canario. Insistió el alemán forzando a Courtois y reaccionó el Atleti con un disparo de Filipe que Beto adivinó entre un mar de piernas. El pim pam pum no cesaba. Simeone recuperó el mando con los cambios. Entró Óliver, que el día que le suelten las riendas va a ser un escándalo, y el Atleti recuperó el balón. Koke, que suma más que luce, asistió a los 79’ a Diego Costa que hizo el resto: se deshizo de Fazio como de un niño y disparó cruzado. El Sevilla ya no se levantó y el Cebolla sentenció al final. El Atleti sigue donde lo dejó: un bloque de granito con un portento. Diego Costa, qué futbolista.