El Almería es de Primera

El Almería regresó a Primera División completando el partido soñado, muy similar al que disputara hace seis años para lograr el mismo objetivo y con un gol, el tercero, que recordó al que Corona marcó (fue casi idéntico) para rematar aquel choque ante la Ponferradina con el resultado de 3-1. Dos años después está en Primera porque ayer fue dueño y señor del encuentro ante un Girona que solo tuvo casta y dominio en el primer cuarto hora, momento en que marcó Aleix Vidal. Ahí desapareció el cuadro visitante y entró en escena Charles, que redondeó la fiesta con dos goles más, siendo 32 tantos los que finalmente ha conseguido en el campeonato.

El primer tiempo contó con unos primeros minutos de especulación, donde el Girona intentó coger la manija del juego y marcar los tiempos ante un Almería que saltó al césped esperando un primer arreón más directo de los catalanes. Poco tiempo duró este primer cruce de miradas entre contrincantes pues, casi por sorpresa y en una jugada aislada, Aleix Vidal botó en corto un córner para Corona, que le cedió de nuevo el esférico, y el balear no dudó en sacarse un derechazo desde el pico del área que entró como una exhalación al palo corto del marco gerundense. El gol marcó claramente la línea argumental del primer tiempo.

El segundo asalto no pudo comenzar peor para el Girona, y es que el equipo dirigido por Rubi vio como Charles, en el minuto 7 de la reanudación, dejó prácticamente sentenciado el ascenso almeriense al remachar una gran jugada de Falque dentro del área. Acto seguido, el Girona intentó levantar cabeza y recomponerse. No le dio tiempo; ahí estaba de nuevo Charles, que solo ante Becerra, lo dribló para hacer el tercero.

La fiesta comenzó en Almería temprano. En realidad, ya se llevaba saboreando la Primera desde el miércoles, tras el 0-1 de Montilivi. En los balcones solo ondeaban los colores rojiblancos y el único tema de conversación era el gol de Charles y la paraba de Esteban. Solo faltaba la puntilla y se produjo a lo grande. El equipo estuvo apoyado por 15.000 almas que no pararon de aplaudir, gritar y cantar durante todo el encuentro. No había culminado el choque cuando el banquillo del Almería se mostraba nervioso. Ansioso porque el árbitro señalara el final. El público bajó de las gradas y se coloco al lado de la línea de cal para invadir el campo cuando sonó el pitido. Entonces, unos jugadores, un estadio y una ciudad estallaron. Se había vuelto a Primera División de la forma que más incertidumbres, miedos y nervios puede generar, mediante los playoff.

Después, en los vestuarios, presidente, jugadores, familiares y autoridades de la ciudad se mojaron con champán y agua de jacuzzi. Con la llegada de la media noche se subieron al autobús descapotable y se recorrieron las principales arterías de la capital. Hoy toca visita al Ayuntamiento, Diputación y ofrenda floral a la patrona de la ciudad, la Virgen del Mar.