El Real Madrid se ha cargado de fe para el partido de Manchester

El Clásico mereció una esquina de la contraportada del Sun. Y eso es para celebrar: lo que ponga el rotativo en lo que es, efectivamente, la portada deportiva es de lo que se va a hablar durante el día, marca la agenda. Tres cosas favorecieron ese premio: el hecho de que el encuentro contra el Manchester United esté a la vuelta de la esquina, la magnífica actuación de Cristiano que, como Mourinho, sigue siendo considerado un 'hombre de Premier' exiliado, y que lo que se jugó fue un Clásico. Y lo vio todo el mundo: ya se sabe, es un decir, pero hablamos de más de un millón y medio de espectadores, como si se tratara de un gran partido de liga en un canal que es de pago.

Sir Alex Ferguson estuvo en el Camp Nou tomando notas y, según sus allegados, se confirmó en su idea de que su equipo debe jugar exactamente igual como lo hizo en Madrid. Esté o no Phil Jones (de momento parece que no llega), un jugador de corte o con obligaciones defensivas acompañará a Carrick en el centro del campo, con Kagawa o algún otro vigilando de cerca a Xabi Alonso.

O sea, que el Madrid le dio, si no miedo, sí respeto. Como titula el Independent: "Ahora le toca al Manchester United encontrar la fórmula ideal".

Apuestas. Cambiaron de opinión las casas de apuestas, siempre un baremo no de resultado, pero sí de sensaciones. El Madrid se disparó como favorito de los octavos de final. Las dudas acumuladas tras la ida se han disipado: hay quien paga la victoria del Madrid 2,4 euros por euro apostado, mientras que por la del United, 2,9. El Barcelona ha dejado de ser favorito, como lo era tras el sorteo de octavos. En la mayoría de casas de apuestas, el Bayern es el que más gusta, el Madrid ocupa la segunda posición y el Barcelona cae a la tercera. ¿Hay para tanto? Igual se están exagerando los titubeos del Barcelona y la confianza del Madrid, pero ambos estados están por encima de todo en la cabeza de los futbolistas (y de la afición, y de los medios) y si hay algo en el fútbol que gana partidos, cambia trayectorias y le da la vuelta a los favoritismos es justamente eso: la salud del coco.