Osasuna saca petróleo del Ciutat

Osasuna sacó petróleo de un Ciutat, cada vez más vulnerable. Fue al final, donde muchos puntos ha sacado así el Levante, donde los rojillos sorprendieron. Mendilibar volvió a ganar la partida. Sobre todo con sus cambios, que terminaron siendo decisivos.

Mereció más el Levante en la primera mitad, pero se encontró con Andrés.Como casi siempre. El meta rojillo acostumbra a salirse contra los granotas y ayer volvió a amargar la existencia por momentos. Le sacó dos manos salvadoras a Martins que suelen acabar en volteretas del nigeriano. Y en otra de las ocasiones claras fue el central Rubén quien se cruzó providencial en un pase de la muerte de Pedro Ríos.

Entre tanto Osasuna se dedicaba a verlas venir. Mendilibar apostó finalmente por Nino, pero como un islote sin apenas asociarse con el resto. A Keylor sólo se le vió en un chut lejano de De las Cuevas al que respondió a la perfección.

En los últimos compases del primer acto apretaron las tuercas los de JIM en tres acciones seguidas de estrategia. Con Michel al servicio, primero Ballesteros estrelló el balón en el palo y luegoJuanfran, con todo a su favor, se topó con Marc Bertrán.

Desde luego que no pasará a la historia del fútbol el partido de ayer, pero la segunda mitad se animó un poco. Por aquello de ir a por el partido, Osasuna decidió dominar y tuvo sus opciones. En una buena combinación de los navarros Arribas reventó el larguero, reclamando luego un gol fantasma que no fue. Y Armenteros obligó a Keylor a estirarse para sacar un balón abajo ajustado al palo. Eran los mejores minutos visitantes. JIM ponía en juego a Barkero, obligado por el susto de Diop tras quedar inconsciente, y a Valdo. Mendilibar tiraba de Kike Solá y Massoud y mejor no le pudo salir. Entre los dos fulminaron a un Levante que fue incapaz de impedirlo y de intentar algún logro mayor. El iraní rompió el hielo con un chutazo candidato a estar entre los mejores goles de la Liga. A la escuadra. Imparable para Keylor. Y con el pescado vendido fue el ‘7’ rojillo quien volvió a ver puerta en una contra que culminó a la perfección y sin que le temblara el pulso lo más mínimo.