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Olympiacos - Levante

Un trámite envenenado en la nueva casa de Míchel en Grecia

Aunque no quieren confianzas los granotas lo tienen todo de cara para seguir escribiendo la historia y avanzar a los octavos en su primera participación en un torneo continental.

Actualizado a
Buen ambiente en el Karaiskakis.
David González

Un 3-0 a favor en el partido de ida es la clave para que las risas y el ambiente distendido reinasen en el vuelo hacia Atenas puesto que, con un resultado menos holgado, seguro que se habría visto algún gesto más serio en la expedición del Levante. Aun así, tras finalizar el partido del Ciutat algunos se lamentaban de no haberle endosado algún gol más a los de Michel pues no deja de ser Olympiacos y el temible estadio Georgios Karaiskakis. Eso sí, el equipo griego ya no es el de los Djordjevic, Georgatos, Mavrogenidis y compañia que infundía respeto al ver aparecer sus barras rojiblancas y al que, no en vano, sólo el Valencia logró vencer en su feudo en toda su historia. De todos modos, los granotas lo tienen todo de cara para seguir escribiendo la historia, que ahora mismo es el presente, y avanzar hacia los octavos en su primera participación en un torneo continental.

Sin reservas. La lógica marca que Juan Ignacio no se reservará mucho, o demasiado, para no verse sorprendido por su rival. Nadie piensa en un resbalón, que sería de aúpa, pero tampoco se quieren imaginar qué pasaría si, en los primeros 15 minutos, Olympiacos manda el balón a la red de Keylor Navas. Entonces, la caldera se convertiría en infierno. Hay algunas dudas respecto al once, sobre todo en el lateral izquierdo, donde Juanfran y Nikos hacen méritos para optar a ese puesto. Ballesteros es duda también pero, si está al 100%, jugará.

No encajar gol, y menos antes del ecuador de la primera mitad, será una de las claves y otra saber manejar al colegiado, sobre el que desde la prensa y el propio Olympiacos vienen ejerciendo mucha presión en los últimos días, pues no están nada conformes con cómo pitó Manuel Gräfe en Orriols.