El Guadalajara agua la siesta al peor Barça B de la temporada

Un tanto de Kepa en la recta final del partido dio los tres puntos a un Guadalajara (0-1) que aguó la siesta del filial azulgrana, el peor de esta temporada, tan irreconocible en su juego como estéril ante la notable defensa visitante.

Los azulgranas, máximos goleadores de Segunda, dispararon una sola vez entre los tres palos, dato que resume un encuentro en el que fueron una caricatura grotesca de sí mismos, un calco indefinido, una mala imitación sin derecho a devolución ni garantía. Fue un partido extraño, frío en la temperatura, las gradas y el tapete.

Tampoco ayudó el horario de primera hora de la tarde, con ambos conjuntos sumergidos en el letargo. Solo la hiperactividad del técnico alcarreño Carlos Terrazas, con instrucciones continuas a viva voz a sus jugadores, quebraba el bostezo general. Quizá porque nadie más que él era consciente de la oportunidad ante la que estaban sus hombres. Con la sombra del descenso soplando en la nuca, la ocasión era propicia para arañar los puntos a un filial sin algunos de sus mejores argumentos sobre el campo.

Lesionado Sergi Roberto y sancionado Rafinha, los locales perdieron su timón, mientras la electricidad se quedó en el banquillo, con Gerard Deulofeu suplente tras haber jugado noventa minutos con la selección española sub-21 esta semana. El filial quedó varado sobre el césped como una ballena torpe y pesada, y el Guadalajara esperó a cobrarse su recompensa.

En los últimos diez minutos del primer tiempo, un omnipresente Azkorra ya rozó la gesta. Si hubiera anotado las varias ocasiones de las que dispuso, habría salido en hombros del estadio catalán. Una pérdida de balón de Lombán propició un contragolpe en el que Azkorra, tras dejar atrás a Ledes con un túnel, flojeó en su disparo ante Masip. El meta, tras la reanudación, volvió a abortar un disparo cruzado y a bocajarro del ariete. Esa ocasión vino precedida de una idéntica de Lobato, la primera para los azulgranas, que Razak desvió providencialmente con la punta de los dedos. Fue un espejismo, porque no volvió a rematar el filial.

Eusebio Sacristán ponía sobre el césped a Deulofeu y Dongou, en busca de una reacción que nunca se llegó siquiera a vislumbrar. Lejos de ese escenario, fue Kepa, quien precisamente había sustituido a Azkorra, el que cabeceó al fondo de la red un centro preciso de un gran Vicente. Faltaban diez minutos para el final, pero estuvo más cerca el segundo del Guadalajara, en testarazos de Kepa y Erice, que el empate azulgrana. De poco sirvieron los últimos arreones locales, con todo el equipo al ataque para intentar solucionar sobre la campana la esterilidad de todo un partido. Los alcarreños repitieron el buen recuerdo del triunfo en el Miniestadi el curso pasado (1-2), con tres puntos que, en su situación actual, saben a puro oro.