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Barcelona

El Barcelona clama contra el Real Madrid y Clos Gómez

Reprocha al árbitro su permisividad con la dureza blanca en pasado partido de Copa. Para el Barcelona, el Real Madrid resta fluidez a su juego a base de interrupciones.

Actualizado a
La prensa catalana coincide a la hora de valorar el Clásico: el Madrid se empleó con dureza y el árbitro se lo permitió.

El Clásico del pasado miércoles sigue copando portadas y horas de radio en Barcelona. Los principales periódicos deportivos abrían sus ediciones de ayer con calificativos similares. Sport optó por un "Indignados", mientras que Mundo Deportivo tituló "¡Hartos!". Ambos rotativos destacan en páginas interiores los gritos racistas contra Alves, el juego duro y al límite del reglamento del Madrid, el mechero a Piqué y los insultos contra Messi. Además, dedican un capítulo especial a Clos Gómez, a quien reprochan su permisividad con futbolistas como Arbeloa, Xabi Alonso o Essien.

En cualquier caso, es evidente que en el Barcelona están molestos con lo ocurrido en el Bernabéu. Pero, más allá de lo extradeportivo -por lamentable que sean los insultos, los gritos racistas y el lanzamiento de objetos-, lo que de verdad irritó al vestuario azulgrana fue el arbitraje de Clos Gómez. No entienden en el Barça que el colegiado no cortara de raíz el "juego duro" de determinados futbolistas. Asimismo, ven incomprensible que Arbeloa terminara el partido sin ver una sola tarjeta amarilla, que Xabi Alonso viera la suya a un minuto del final del partido o que Essien, pese a clavarle los tacos a Jordi Alba, terminara el partido limpio de tarjetas. La plantilla culé no alcanza a comprender cómo un equipo que comete 19 faltas termina el encuentro con las mismas amarillas (3) que otro que hizo cinco. Del mismo modo, se juzga como "injusto" que Cristiano Ronaldo no fuera amonestado por su falta a Alves (ello le habría impedido jugar el partido de vuelta en el Camp Nou) o que Carvalho no fuera expulsado por tocar el balón con la mano ante Messi cuando éste se plantaba solo ante Diego López.

Desde el Barça se hace la siguiente lectura: el Madrid sabe que la única manera de restar fluidez al juego de toque del Barça es rompiendo el ritmo del partido cada dos por tres. Y, para ello, el conjunto de Mourinho recurre a las constantes faltas, interrupciones y, en ocasiones, al juego duro, siguiendo aquella máxima de cometer 30 faltas para que te acaben pitando algo más de la mitad.

La vuelta. La plantilla azulgrana gozó ayer de un día de descanso, por lo que no hubo reacciones de los futbolistas. Hoy está previsto que el equipo vuelva al trabajo y hable el técnico, Jordi Roura. Veremos si da por zanjada la polémica del Clásico o, por el contrario, la mantiene abierta con la intención de calentar la vuelta que, eso sí, no se jugará hasta el próximo día 27.