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La resaca del clásico

"¿Por qué no puede ser siempre así el mundo del fútbol?"

Así concluyó "The Guardian" su análisis sobre el partido disputado entre Real Madrid y Barcelona. La prensa mundial valora el gran fútbol desplegado por ambos equipos.

Actualizado a
ESPECTÁCULO SIN FRONTERAS. El Madrid-Barça es seguido en el mundo con gran expectación y el de Copa gustó por su gran emoción.
Gandul

El prestigioso diario británico The Guardian narró el Madrid-Barça en directo en su página web. El comentario final fue: "¿Por qué no puede ser siempre así el fútbol? Fue un espectáculo maravilloso."

Mucho mejor no se puede resumir. El partido tuvo, en abundancia, los dos ingredientes básicos que pedimos los que amamos el fútbol: arte y dramatismo. O sea, hubo gran calidad de juego: un deleite para los ojos; y hubo hasta el último segundo suspense, nervios, incertidumbre: combustible para el corazón.

Afortunadamente para España, el fútbol sigue siendo por lo que el país más se conoce. Muchísimos más seres humanos están al tanto del Barcelona y del Madrid y de todo lo que les rodea que de nuestras estadísticas de desempleo o las declaraciones de la señora Cospedal.

Recibí media docena de mensajes en mi teléfono de África y de Estados Unidos durante y después del choque de titanes del miércoles y todos cantaban variaciones sobre el mismo tema: "¡Qué partidazo!". Y por supuesto que la prensa extranjera se hizo eco de ello ayer, señalando ante todo la exhibición del joven Varane, que no sólo fue el mejor en el campo sino que simbolizó lo mejor del espectáculo que ofrecieron ambos equipos. Por un lado, valentía y entrega y concentración (por ejemplo, cuando salvó ese "gol" cantado de Xavi en la línea), por otro, temple y clase (en el cabezazo clásico con el que marcó su gol y en la rapidez y limpieza con la que frenó a Messi).

Es verdad que el enfásis que pusieron los periódicos extranjeros en el partido varió dependiendo del país. Casi todos los que logré leer resaltaron la hazaña de Varane, pero sus compatriotas franceses más. En Alemania se habló del papel determinante de Ozil; en Inglaterra el Sun destacó el gol de uno de los hijos pródigos de las islas, Cesc Fábregas (Fab-uloso entretenimiento"). Pero ante todo, se celebró el excelente fútbol de los dos onces sobre el campo.

No todos lo quieren reconocer abiertamente, porque atenta contra sus propios intereses, pero sé tras hablar con varios compañeros periodistas ingleses, e incluso uno griego esta misma semana, que existe un consenso alrededor de la idea de que los dos mejores equipos del mundo son el Barça y el Madrid. Un clásico, con todas las tensiones que genera, puede llegar a defraudar, claro, pero el de esta semana confirmó una vez más la supremacía actual del fútbol español. Y no solo, en este caso, en cuanto a la categoría del fútbol desplegado sino a la emoción que también es capaz de generar.

Estilos. El juego asociativo, pausado del Barça, el juego torbellino, vertical del Madrid: ningún equipo en ningún lugar exhibe estos dos estilos de fútbol de manera más contundente o eficaz. Pero lo que vimos en el Bernabéu además fue esa furia que caracteriza a la Premier League inglesa, la entrega del primer minuto al último, la lucha sin cuartel. Lo único que faltó fue una exhibición de Messi o de Cristiano, o de los dos. Imposible que ambos nos fallen en el partido de vuelta. Los futboleros del mundo esperan ese encuentro con impaciencia. Difícilmente no se volverán a encontrar con otro manjar.