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ATLÉTICO DE MADRID 2 - LEVANTE 0

A ocho puntos y un disgusto

El equipo rojiblanco suma 17 partidos ganando en el Vicente Calderón y 10 sin encajar un gol en su feudo. La mala noticia fue la lesión de Falcao.

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El centrocampista del Atlético de Madrid Koke Resurrección (2i) celebra con sus compañeros el gol que ha marcado, el segundo de su equipo ante el Levante durante el partido de la vigésima jornada de la liga disputado esta tarde en el estadio Vicente Calderón.
El centrocampista del Atlético de Madrid Koke Resurrección (2i) celebra con sus compañeros el gol que ha marcado, el segundo de su equipo ante el Levante durante el partido de la vigésima jornada de la liga disputado esta tarde en el estadio Vicente Calderón. BallesterosEFE

Rotó el Cholo dando descanso a Arda y Diego Costa, se lesionó Falcao, se espesó el juego... ganó el Atleti. Una vez más. Los contratiempos, el cansancio y los días grises son inevitables en una Liga, en una vida, y ahí se demuestran el carácter, la ambición, el verdadero nivel. Visto lo visto, el equipo de Simeone va sobrado de todo ello: lleva 17 victorias en 17 partidos en el Manzanares, sin encajar un gol en los diez últimos, y se coloca a ocho puntos del Barça. Lejos, sí, pero el que más cerca. Soñar, querer, creer, es obligatorio en esta situación. Si hay que teñir el clavo ardiendo de rojiblanco, se tiñe.

Con las estrellas apagadas (Falcao) o sentadas (Arda), el partido fue de Koke. El canterano está en pleno estirón y no se atisba el fin. A balón parado, su diestra lleva semanas convertida en arma de precisión, pero son su peso en el juego y su regularidad los dos añadidos definitivos. El futbolista que se llevaba anunciando años ya está aquí. Preciso en el pase, constante en la llegada, fiable en la construcción y concienciado en la recuperación. Fue de largo el mejor del partido.

Un partido que cumplió el guión deseado por el Levante: pocos espacios, menos alegrías y las ocasiones goteando entre muchos minutos de inofensivo dominio local. El panorama habría cambiado si a los 4 minutos, Falcao no hubiera rematado mal un buen pase interior de Adrián; pero una vez desaprovechada esa ocasión inicial, al Atleti se le apagó la luz.

Su tendencia natural a atacar por la izquierda, donde Filipe es un torbellino, se exacerbó durante media hora por la presencia del canterano Manquillo en el lateral derecho. El juvenil (18 años) tardó en soltarse, pero cuando lo hizo fue a lo grande. Avisó con un centro que David Navarro despejó de milagro, dejándose la nariz en el esfuerzo. Se consolidó con una perfecta asistencia de gol a Adrián, llegando de maravilla a un gran pase de Tiago y poniéndola de primeras para que el asturiano remachara a puerta vacía y con la colaboración de Navarro. Si el gol tuvo algún efecto terapéutico sobre el alicaído Adrián, no se apreció en su progresiva desaparición del partido.

El 1-0 agitó algo al Levante, que llegó al descanso rondando a Courtois, pero se atemperó en el vestuario. Equipo modélicamente preparado y atento al detalle, no está en su naturaleza despendolarse. Como el Atleti tampoco estaba inspirado, la segunda parte transcurría en una plácida modorra hasta que Falcao, desafortunado toda la tarde, cayó fulminado en una carrera en solitario hacia Munúa. Sufre una lesión muscular en los isquiotibiales de la pierna izquierda y, a falta de pruebas, la cara de Simeone delataba que peligran varios partidos.

Tuvo suerte el Atleti y Koke fulminó de inmediato cualquier atisbo de depresión. Diego Costa agitó el partido nada más entrar y su dejada en la frontal la convirtió Koke en un golazo al colocar el balón con rosca rumbo a la escuadra. Minuto 61 y punto final. El Cebolla pudo hurgar en la herida granota pero, con todo a favor, remató al larguero. Y Martins y Juanlu no apuntaron para darle emoción al tramo final en las dos únicas ocasiones que concedió la impecable defensa rojiblanca. El Manzanares sueña porque todo lo que ve le invita a hacerlo. Diecisiete victorias seguidas... y sumando.