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Zaragoza - Sevilla

Manolo Jiménez mide a Unai Emery en su debut sevillista

La llegada de Emery a Nervión sacude la eliminatoria. La Romareda cruza a dos 'clásicos' de la Copa y motiva a los dos técnicos pese a todas las circunstancias.

Actualizado a
Unai Emery.
Morenatti

Puede que casi nada de lo que hubiera preparado Jiménez sirva para afrontar este reencuentro con el Sevilla. Ahora mismo, el Zaragoza no sabe qué esperar o qué suponer de un rival que le ha cambiado la baraja a pocas horas de que dé comienzo la partida, esta eliminatoria de cuartos entre dos equipos clásicos de Copa, que quieren progresar en el torneo y agotar sus posibilidades: por tradición de los clubes, convencimiento de los técnicos y, por qué no, necesidad competitiva. Redimensionado el perfil del Sevilla en la Liga, Emery subrayó ayer que el camino más corto a Europa pasa por esta competición.

La llegada del entrenador vasco a Nervión ha sacudido el cruce. La agitación del día previo tuvo poco que ver con la rutina. En Sevilla se despidió Míchel, saludó Emery, entrenó a su equipo, agarró una bolsa y se fue a Zaragoza con los 19 disponibles. Mientras, la negativa de Aranda a volver a jugar para forzar su salida estrechó aún más las opciones de Jiménez. Al Zaragoza, el calendario de Liga y Copa le está haciendo saltar las costuras: lesiones, cansancios y ahora, una espantada. El técnico dio ayer una de esas largas ruedas de prensa que delatan tiempos de incertidumbre. Se quejó de los horarios y los márgenes de descanso, lamentó las apreturas económicas para reforzar al equipo y se resignó a la pérdida del delantero malagueño.

Incógnita.  Cuando se le preguntó por el Sevilla, más o menos se encogió de hombros. Donde esperaba al equipo deprimido de Míchel encontrará hoy una incógnita asociada a Emery. En sólo 24 horas no es probable que el vasco tenga ni diagnóstico ni tratamiento. Si acaso, mensajes que aspiren a una reactivación. Nadie reinventa un equipo de un día a otro. Tanto para el Sevilla como para su rival, un cambio tan súbito es un arma de imprevisibles consecuencias. En lo deportivo, no se esperan grandes variaciones del patrón ni los nombres: Kondogbia se cayó en el último entrenamiento por una lesión muscular y Maduro aparece como relevo.

En el Zaragoza, Jiménez hará hoy una última sesión para auscultar la recuperación de sus chicos y resolver lista y once. Es seguro que vuelven Leo Franco a la puerta, Álvaro atrás y Movilla en el medio. Postiga es ya la única opción arriba. Aun así, Jiménez no desprecia el torneo y pondrá lo mejor. Quiere viajar dentro de una semana al Pizjuán con el traje bien planchado.