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BARCELONA-CÓRDOBA

Mucho más que un hombre Copa

Villa sigue opositando a la titularidad con dos golazos. El Guaje lidera de un Barça que se medirá en cuartos ante el Málaga. Alexis hizo otros dos goles.

Actualizado a
Villa, abrazado por Alexis.
Villa, abrazado por Alexis.CARLOS MIRADIARIO AS

Como contra el Alavés, en dieciseisavos de final, como en la ida de los octavos en el Nuevo Arcángel, David Villa jugó con la ilusión de un meritorio por más que le sobren estrellas de campeón del mundo y de todo. Al Guaje no se le cayeron los anillos, otra vez, para liderar la goleada (5-0) del Barça ante el animoso pero superado Córdoba que le pone en cuartos de final de la Copa, en la que defiende título. Le espera el Málaga. Le puso tanto que no pudo ni acabar el partido. Tocado, Roura le mandó a los vestuarios pese a que el Barça ya había realizado los tres cambios. De momento, Villa es el hombre-Copa del Barça. Pero ya parece preparado para mucho más.

Villa marcó dos goles estupendos. El primero, con una maniobra preciosa (la cuerda le llaman unos, la croqueta otros), lo hubiese firmado Iniesta. El segundo, de matador. Lo que ha sido toda la vida. Villa no acepta la suplencia, pero no llora. Habla en el campo. Se propuso ser “mejor jugador que antes de la lesión” y, aunque sabe que entrar en ese once de vértigo que tiene el Barça es difícil, no se rinde. Y en los minutos que le dan, marca. Y la gente le quiere mucho. Antes de Villa, había marcado Thiago. El 3-0 de la primera parte descubrió una realidad aplastante: el Barça se siente fuerte. Ha subido la presión a zonas que no visitaba de hace tiempo y, además de mover bien el balón, se despliega mucho sin él: ha vuelto a ganar profundidad. El Córdoba, demasiado atrevido, vio sombras en la primera parte y el sueño de Berges, que su afición disfrutase, no fue del todo posible.

Le sale todo tan de dulce al Barça que hasta Alexis soltó lastre. El chileno, generoso en la presión y en el desmarque al espacio, ofrece soluciones a los compañeros. Los problemas se los crea él con el gol. Perdonó cuatro goles, alguno de ellos con tinte hasta cómico hasta que al fin hizo el cuarto y el quinto y se liberó. Desde el banquillo, Roura, que empezaba a advertir que el problema era serio, aplaudió a un jugador que da más de lo que parece pero que debe solucionar sus problemas delante de la portería.

Cesc y Puyol tuvieron descanso en la segunda parte y Tello, Jonathan dos Santos y Bartra. El Barça, pese a los cambios y a cierta sensación de desazón en la grada por no poder ver otro show de Messi, intentó darle rigurosidad al partido. Ya no fue tan redondo, pero entretuvo. Villa le ha dado un camino plácido al Barça hasta cuartos: veremos qué sorpresas le guardan Pellegrini y sus chicos.