Hernández quiere fuera del Hércules a los seis de la fiesta

Los rescoldos de la fiesta nocturna en la que estuvieron algunos jugadores del Hércules el pasado 18 de diciembre volvieron a arder ayer con fuerza. El entrenador, Quique Hernández, escenificó y oficializó lo que se venía deslizando desde la noche de autos: no quiere en el vestuario a los que se demuestren que participaron en la citada juerga.

Seis son los expedientados: Fran Mérida, Pere, Arbilla, Callejón, Escassi y Diego Rivas. De todos ellos, el último parece que ha encontrado una coartada que el club ha aceptado y podría haberse salvado de la quema. Para los otros cinco, el mensaje de su técnico fue directo y sin titubeos: "Lo que les ha dicho el entrenador es que hablen con sus representantes y se les ha dado de tiempo hasta el 31 de enero para que se busquen equipo. No queremos perjudicarles ni queremos que se les eche el tiempo encima".

Ante la insistencia de los periodistas, Quique lo volvió a repetir de manera más tajante: "Lo que yo prefiero es que se marchen todos. Es una decisión mía. Quien estuvo en la fiesta, fuera, es mi opinión. He hablado uno a uno con todos y así se lo he dicho".

Asimismo, Hernández confirmó la versión de Diego Rivas, quien alega que a una hora temprana estaba en su domicilio: "Yo creo lo que dice Rivas. No soy policía ni investigador privado. Las cosas hay que demostrarlas. Tan sólo digo que quiero que se marche el que se demuestre que estuvo en la fiesta".