Iago Aspas mide al Zaragoza

El Celta se ha ganado con las formas una etiqueta prestigiosa que de alguna manera le ha negado el fondo: es decir, estamos en la ingrata dialéctica entre el juego y los resultados. Toda la Liga aprecia al equipo de Paco Herrera, pero de momento el Celta no ha ganado a domicilio y tiene menos puntos de los que, quizás, mereció. También el Zaragoza echa de menos aquéllos que se fueron en el arranque de la Liga: "Podríamos hasta ser cuartos", dijo Jiménez. Si eso es mirar alto, al menos el Zaragoza quiere garantizarse su bien ganada tranquilidad.

Pasado el llamado Everest, el equipo aragonés intentará prolongar su evolución, ahora que el calendario se atempera. Jiménez ha estudiado todas las aristas del Celta, con su gusto por la pelota, la escasez de complejos y un Iago Aspas siempre en perfil vertical. Las novedades se localizan atrás: Loovens, Sapunaru y Abraham vuelven en el Zaragoza. Cabral y Roberto Lago en el Celta. Pero los focos pueden recaer fácilmente en el encuentro entre dos jugadores revelados este año: Víctor Rodríguez, que jugará pegado a Postiga; y Iago Aspas, delantero que inspira al Celta con fútbol y goles.

Confianza.

La sensación del conjunto gallego medirá, así, a a un equipo crecido. Por eso Jiménez cree que el otro gran problema del Zaragoza será domesticar su estado de confianza. El secreto del cambio ha consistido en mejorar el fútbol, individual y colectivo, sin ceder un ápice de tenacidad. Al Celta, las seis derrotas fuera ya le pesan: necesita que su juego sea productivo, para que la falta de puntos y la fragilidad en la tabla no devoren a las buenas sensaciones.