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Levante 1 - Real Madrid 2

Morata es un canterano top

El canterano decidió la victoria con un cabezazo en el 83'. David Navarro abrió un párpado a Cristiano Ronaldo, que se retiró en el descanso. Xabi Alonso falló un penalti.

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GOL DE CANTERA. Morata marcó el 1-2 y lo celebró con Adán y Nacho ante la pasividad de Mourinho, que aparece en segundo plano.
GOL DE CANTERA. Morata marcó el 1-2 y lo celebró con Adán y Nacho ante la pasividad de Mourinho, que aparece en segundo plano.AFP

Según parece, hay más justicia en el mundo acuático que en el terrenal. El canterano Morata decidió la victoria del Real Madrid ante el Levante con un cabezazo espléndido en el minuto 83. El gol no sólo le rescata a él como delantero útil para el primer equipo, sino que libera a la cantera del papel decorativo al que estaba condenada, cupos forzosos para que viejos socios y plomizos periodistas duerman tranquilos.

Para que le llegara su momento, Morata sólo necesitó que se lesionaran sucesivamente las tres opciones para la delantera que maneja el entrenador. Aunque ni eso le bastó. El impulso definitivo se lo dio el marcador en contra y la urgencia extrema, la necesidad de colgar balones y la ausencia de un rematador o de un conocedor del puesto. El resto lo puso él, su ansia, su furia y su talento. Con todo eso cabeceó un balón que puso a volar Xabi Alonso. Y con eso mismo festejó el gol, al estilo de Tardelli en la final de España 82, la celebración más bella y la que mide todas las demás.

Así ganó el Madrid un partido que fue una trampa de agua, un juego inesperado, pues prescindió del tablero y de la fichas habituales. Qué decir, aquello no fue fútbol. Sacó ventaja quien tardó menos en comprenderlo. El nuevo deporte impedía la circulación y la conducción de la pelota. Rasear era navegar, casi siempre encallarse. Los metros se ganaban por alto y se perdían por bajo. La profundidad era un charco, no un camino. Para incidir en la confusión, la balsa de agua estaba mal repartida. Totalmente impracticable en una área y levemente mejor en la otra. Océano o albufera.

Cada caso fue un mundo, pero la sensación es que Xabi Alonso disfrutó en esa piscina, o se sintió más joven, o más cerca de casa, San Sebastián o Liverpool. Lo cierto es que nunca fue contra las condiciones del campo. Sin duda, le faltó agua en el punto de penalti cuando le tocó fusilar a Munúa.

Pero había otros elementos, además de la lluvia y la laguna que se formó. El más decisivo fue David Navarro, defensa con antecedentes penosos. Si su codo buscó intencionadamente el párpado de Cristiano es cuestión que no sabremos nunca, pero el modo de colocar el brazo en el salto fue lo que llamaríamos, en términos militares, un ataque preventivo, un gesto de miedosa agresividad. Apenas había transcurrido un minuto.

Con Cristiano medio tuerto, David Navarro volvió a influir sobre el fátum del partido. Xabi colgó al área y el central se concentró más en la pelea con Pepe que en despejar el balón. Por esa razón tocó sin quererlo con el occipucio y asistió a Cristiano, que agradeció el detalle con un control fabuloso, con el muslo, y con un voleón, con la diestra, que exprimió la red. Si alguien cree que después guiñó un ojo a David Navarro se equivoca: es que no podía abrirlo.

Albiol reemplazó a Cristiano tras el descanso y el Madrid se preparó para defender el gol. Lo hizo, al igual que en la primera mitad, mejor adaptado a las circunstancias y esa correcta interpretación del juego fue la que le colocó más cerca de la victoria, incluso después del empate de Ángel, en fuera de juego por una nariz (respingona).

Pena. La versión satánica de David Navarro volvió a surgir para hacer penalti a Callejón y anular, con su insistencia en la infracción, el debate sobre si le trabó fuera o dentro del área: lo hizo en ambos lados. Xabi se estrelló contra Munúa y el partido se convirtió en una contrarreloj sin delantero centro.

Juanlu perdonó por enésima vez (cosa rara con su zurda) y Mourinho llamó a Morata, al que sin duda dio precisas instrucciones. El muchacho respondió con un gol que habrá repasado durante toda la noche. Sólo falta que le permitan repetirlo otros días.

El crack

Morata. Llegó y besó el santo. Salió en el 82' y un minuto después le dio el triunfo al Madrid con su cabezazo.

¡Vaya día!

Juanlu.Tuvo el 2-1 para el Levante en el 75' tras un fallo de Albiol, pero con todo a favor envió el balón fuera...

El dandy

Cristiano. Pese al corte en el ojo izquierdo, marcó un soberbio gol al controlar el balón con el muslo y fusilar a Munúa.

El duro

Navarro. Le dio un codazo sin balón a Cristiano en el 2' que le abrió un párpado. Muñiz ni le sacó tarjeta amarilla.