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Príncipe de Asturias | La intrahistoria

Armstrong sí conservará siempre este premio

El reglamento no permite cambios en el palmarés

Actualizado a
<b>PARADOJA. </b>Armstrong pierde sus Tours, pero no este galardón.

Juan Antonio Samaranch se quedó atónito cuando Lance Armstrong, al otro lado del teléfono, le dijo que no acudiría a Oviedo a recoger el Premio Príncipe de Asturias para el Deporte 2000. Han pasado doce años desde entonces. El recordado exdirigente del COI, que presidía el jurado, ya ha fallecido. Y el ciclista texano, que por aquellas fechas había ganado dos veces el Tour de Francia y terminó sumando cinco más, acaba de ser desposeído por dopaje de esos siete títulos y de todas sus victorias conquistadas entre 1998 y 2010. En su palmarés, sin embargo, permanecerá siempre el premio asturiano, porque el reglamento de la fundación que los concede no contempla la retirada de los galardones bajo ningún supuesto.

Ni siquiera ha habido un comunicado o una manifestación oficial al respecto. Ni los habrá. Simplemente, un portavoz de la Fundación Príncipe de Asturias se limitó a aclarar a los medios que se lo requirieron que los premios no se revisan... Igual que no se revisaron cuando la extenista Arantxa Sánchez Vicario (1998) fue condenada por fraude fiscal, o cuando el exatleta Javier Sotomayor (1993) dio positivo con cocaína.

Un jurado compuesto por 27 personas, entre ellas Miguel Indurain, concedió el premio a Armstrong porque "representa la lucha del hombre para superar enfermedades tenidas como terminales".

El 27 de octubre de 2000, como ya le había anunciado a Samaranch, Armstrong no compareció en el Teatro Campoamor para recoger su premio de manos del Príncipe Felipe, "por motivos familiares". Perdió así el derecho a llevarse una estatuilla de Joan Miró y la dotación de 5 millones de pesetas (30.000 euros), aunque se le hizo llegar un diploma.

Johan Bruyneel, su director, sí acudió al acto. No para recoger el premio, porque el reglamento no se lo permite a otra persona. Y explicó: "Lance lo agradece mucho, pero ya tenía planificadas las vacaciones familiares y sus revisiones médicas". Era la tercera vez que un deportista no se presentaba, después de Martina Navratilova (1994), que no viajó, y Carl Lewis (1996), que amagó con viajar pero se quedó dormido en un aeropuerto.