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GRUPO D | INGLATERRA 1 - UCRANIA 0

Doble victoria para Inglaterra

Rooney marcó en su regreso, tumbó a una Ucrania sin Shevchenko que mereció más y clasificó a su equipo como primera por el tropiezo de Francia. Gol fantasma de Devic que sacó Terry.

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El jugador inglés Wayne Rooney, celebra una anotación ante Ucrania hoy, martes 19 de junio de 2012, durante el juego del grupo D de la Eurocopa 2012, en Donetsk (Ucrania).
El jugador inglés Wayne Rooney, celebra una anotación ante Ucrania hoy, martes 19 de junio de 2012, durante el juego del grupo D de la Eurocopa 2012, en Donetsk (Ucrania).LINDSEY PARNABYEFE

Inglaterra jamás tuvo tantas noticias inolvidables que celebrar en tan poco tiempo. Y no hablo de que Fabio Capello se bajara del barco inglés antes de acudir a esta emocionante Eurocopa. Ésa ya se jaleó. Esta vez se jugó los cuartos sin Shevchenko enfrente, lesionado. Ganó a Ucrania sin merecerlo gracias al nuevo flequillo de Rooney y tras un gol fantasma en contra. Y para colmo, y sin esperarlo, sorteó a la Roja al quedar primera de grupo por el desmayo francés. Moraleja: España-Francia el próximo sábado. Hodgson ha devuelto la alegría a su país en un tiempo récord, y debe celebrarlo, pero deberá aportar algo más que miedo, racanería y cerrojazo si quiere mantenerla en este torneo.

A Ucrania le pertenecía toda la fortuna que acompañó a Inglaterra. Y de hecho, podría haber sido peor contrincante para España que las otras alternativas. Tiene muchos menos nombres que los ‘pross’, aunque bastantes más peligros. Es tan rocosa como Croacia y no le falta talento. Sólo decae en el olfato. Si no ganó y logró el pase ante su gente fue simplemente por dos motivos: Uno: le faltó Shevchenko. Su bandera. Nadie como él para finalizar. Nadie como él para obrar un milagro. Y dos: cosas de la vista humana, su rival también sobrevivió debido a que el colegiado no le concedió un gol fantasma a Devic. Terry sacó bajo palos el remate del delantero en el 48’ tras (eso sí) una combinación preciosa con Milevski iniciada en fuera de juego.

Un resultado engañoso

Ucrania debió mandar siempre en el marcador. Sobre todo en el primer tiempo. En este intervalo de tiempo hizo casi todo bien. Gustó como no había hecho antes. Rakitskyi frenó a Rooney, Konoplyanka se divirtió siempre que quiso y la dupla atacante Devic-Milevsky amenazó con asiduidad a Hart. Aun así, no bastó. Dominar no es ganar. Hacía falta magia en los metros finales. Shevchenko con la rodilla intacta. Ucrania pagó en exceso su baja durante demasiados minutos. Sin él, la fe pareció decaer desde el mismísimo himno. Ir a la guerra sin jefe acompleja. Repetir lo que había hecho el capitán hasta el momento parecía imposible.

Inglaterra puede dar gracias por su ausencia de partida. Su plan se basó en dejar pasar los minutos para buscar un resultado que le clasificara. Se metió atrás sin complejos y sólo vivió del balón parado de Gerrad, siempre peligroso, y de los zarpazos de Young y Rooney; dos islas en ataque. Así gozó de su mejor ocasión antes del único gol, marrada por Rooney con la testa. El resto de esos cuarenta y cinco primeros minutos lo escribió Ucrania con un gran dominio, un ritmo mucho más hambriento que el de su oponente y dos disparos repletos de metralla.

Un gol de rebote y otro sin conceder

El regreso de Rooney fue la mayor amenaza para Ucrania. Y razón no le faltó. El ariete del United no brilla como debe, pero casi siempre está en el lugar en el que se le necesita. El tanto inglés fue suyo. Un regalo que no pudo llegar de otra manera. Tras un saque de esquina y con un balón lateral de Gerrard, el rey de las asistencias (lleva tres). Su centro, después de burlar a Yarmolenko, se envenenó al tropezar con un defensa hasta el punto de acelerar su trayectoria sin que Pyatov acertara a atajarlo en la línea. El balón recorrió el área de palo a palo y allí, en el segundo, apareció Rooney oportuno para cabecear a placer con su tupé.

La alegría inglesa se multiplicó pronto con el gol de Ibrahimovic en el otro partido de grupo. Y se desbordó con la puntilla a la ‘bleu’. Inglaterra era primera y ni los vaivenes de Ucrania en busca del milagro lograron borrarle la sonrisa. Tras el dichoso gol fantasma en contra y después de otro aviso sin fructificar de Konoplyanka, Inglaterra salía con vida. Tanto se le hinchó tanto el pecho que le dio hasta por atacar para decorar el resultado. Cole pudo aumentar la renta. Daba igual. Ya pensaba en Italia. La sentencia y la calma ya habían llegado mucho antes. En el momento en el que Inglaterra se había levantado bendecida con el pie adecuado y vio que la vida la sonreía.