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Real Madrid - Mallorca | La contracrónica

Liga para la Historia

Callejón subido a caballito de Mourinho. Una imagen llena de felicidad y buen rollo que representa el estado del bienestar de la Nación Madridista. El campeonísimo disfrutó en la noche gozosa de los 100 puntos y 121 goles. ¡Toma!

Actualizado a
Mourinho.

Liga no... ¡Ligón!. Qué maravilla de campeón. Qué broche de oro más lujoso y estiloso. Qué homenaje al fútbol en ese MUSEO DEL GOL que ha quedado rebautizado para la posteridad. El Bernabéu es mucho más que un estadio. Es el santuario que rezuma historia, grandeza, nobleza, tradición, orgullo, compromiso, ejemplaridad y títulos. Como esta Liga, escrita con mayúsculas con unos números que serán recordados durante décadas. Aquí digo que pasarán años y años hasta que llegue otro equipo capaz de sumar 100 puntos y meter 121 goles. Y si irrumpe ese héroe, será de nuevo el gran Caballo Blanco. Sólo este equipo legendario es capaz de derribar muros estadísticos más allá de lo razonable. Sólo este Madrid está casado con la irracionalidad para conseguir proezas más allá de lo exigible. Plantearse llegar a 100 y dejar nueve puntos atrás (¡un océano!) al mejor Barça de la historia, es un reto sólo al alcance de los elegidos. Y lo son Mourinho y sus 23 legionarios. Una plantilla que es un plantillón. Una Liga que es un Ligón. ¡Felicidades!

Más récords. La voracidad de este grupo de rebeldes con causa no tiene límites y nos dejó más ofrendas para el Libro Guinness. Nadie ganó nunca 32 partidos, pero merecía la pena la noche que celebras la Liga 32. Números parejos y fuera de cualquier lógica que también nos recuerdan que en lo que va de año 2012 el súper campeón no ha perdido un solo partido de Liga. Por cierto, el Madrid llegó a los 100 puntos en la noche en la que mi amigo Toñín el Torero añadió otros 12 puntos, los que le dieron los médicos en los dos dedos de su mano izquierda por celebrar a su estilo (a lo bestia) el gol milagroso del Kun que le dio la Premier al City. Casi mejor que no se mueva Higuaín de aquí y se quede Agüero en Manchester, porque si mete un gol decisivo de blanco este hombre no lo cuenta...

Cristiano, obrigado. El futuro Balón de Oro cerró su magic year con otra actuación solidaria y generosa, buscando a los compañeros en vez de empeñarse en meter cinco para dar caza a Messi. Metió un golazo de cabeza, su 60 oficial del curso y el 46 en Liga. Pero a partir de ahí buscó a los compañeros. Bien hecho. El Madrid gana los títulos colectivos y el Barça los individuales. Todo ha vuelto a su orden natural. Además, el crack portugués celebró la fiesta con la bandera blanca y tocándose el escudo del pecho. El Bernabéu se rindió a los pies de su nuevo héroe: Cristiano Ronaldo, uno de los nuestros. Además, horas antes del partido con el Mallorca tuvo un detallazo humano al arrancar una sonrisa a un niño canario de nueve años, Nuhazet, al que una enfermedad terrible nos lo quiere arrebatar. Cristiano le dio vida e ilusión. Hasta Laporta se lo dijo a Mónica Marchante en Canal+: "Cuando conoces a Cristiano dices: Es un buen tío". ¡Te queremos, máquina!

¡Pipita, quédate!. El pueblo siempre tiene razón y anoche dictó sentencia. Higuaín debe quedarse sí o sí. El discípulo de Villar, un tal González González, se empeñó en aguarle la fiesta anulándole un gol que me pareció legal, con el que hubiera igualado los 104 del inolvidable Ronaldo, el 'gordito', y de Don Luis Molowny, el Mangas.

Villar, silbado. Como ya les avisó AS, el presidente de la FEF tragó saliva y se refugió en el palco para darle a Casillas y Ramos, ex aequo, la Copa del Campeón. Nueva y limpia como una patena. Villar ya le dio la Copa del Rey a Iker en 2011. ¡Y las que te quedan, Angelito!

¡Campeones!. La afición disfrutó de su gran fiesta en una velada mágica. Me acuerdo de Javi y Gerardo de Viladecans, Antonio de Esplugas, José Luis de El Prat y tantos vikingos de Cataluña y toda España. Va por todos. ¡CAMPEONES, OÉ, OÉ!